La organización de 'Supervivientes 2025' toma una medida sin precedentes que afecta a todos los concursantes: "Una misión casi imposible"

"Noche de giros y reencuentros bomba", ha hecho saber Sandra Barneda (49 años) a los espectadores nada más empezar la emisión de la novena gala de Conexión Honduras. Una advertencia que no ha caído en saco roto, pues tan pronto como desde plató han conectado con los Cayos Cochinos ha quedado evidenciado que lo de los giros de guion no era ninguna broma.

Y es que en el mismo momento que las cámaras han enfocado a Laura Madrueño, que ha saludado a la audiencia con su habitual alzamiento de brazos, los televidentes habrán notado algo extraño. No estaba en las localizaciones habituales. Ni en Playa Calma, ni en Playa Furia, ni en la playa de juegos, ni en Palapa... ¿Dónde, pues? Nada más y nada menos que en un lugar con el que, de forma casi inmediata, los concursantes estarán obligados a familiarizarse.

El impactante giro de guion al que se enfrentan los 'supervivientes' sin previo aviso

"Me hace especial ilusión arrancar desde aquí el programa, porque fijaros dónde estoy", ha expresado Madrueño en primera instancia, para después esclarecer todas las dudas. "En Cabeza de León, en una de las playas más emblemáticas de los Cayos Cochinos", refería, poniendo nombre a un espacio que los más acérrimos seguidores del formato seguro que conocen de buena tinta.

Una de las localizaciones que ya se ha visto en anteriores ediciones, pero que por ahora no había aparecido en escena en la temporada de 2025. Hasta ahora, y de qué manera, pues Laura ha dejado claro que "se va a convertir esta noche en directo en el nuevo hogar de nuestros supervivientes".

"Después de sesenta días de aventura, ellos no lo saben, pero esta misma noche van a vivir una mudanza en directo", proseguía relatando la presentadora desplazada hasta el Caribe, mientras en pantalla se han ido mostrando imágenes tomadas desde el aire con un dron de este impresionante paraje. El espacio por el que "van a decir adiós a la antigua Calma y Playa".

De nuevo, los concursantes divididos por equipos en dos localizaciones

En ningún caso cabe pensar que se trate de la unificación definitiva de todos los robinsones, pues Madrueño ha incidido en que, de nuevo, habrá "dos playas completamente diferenciadas, tanto en tamaño como en recursos". "Unas playas repletas de complicaciones, a las que tendrán que hacer frente en un momento donde sobrevivir se convertirá en una misión casi imposible", ha concluido, antes de dar paso al resto de contenidos del programa.

Así pues, y con los equipos recientemente renovados por la decisión que tomaron Carmen Alcayde y Laura Cuevas durante su etapa como 'parásitas', parece que la división se mantendrá. Solamente que esta vez en una ubicación distinta, con la enorme dificultad que supone adaptarse a un nuevo entorno, con el añadido de las condiciones extremas con las que todos llevan lidiando desde el primer día de la aventura.

Los cuatro robinsones que se enfrentan a la sexta expulsión definitiva

Tras la reincorporación de Carmen al concurso como 'superviviente' de pleno derecho, ya no hay posibilidad de marcharse por decisión de la audiencia y después regresar a la playa. Es decir, sin Playa Misterio ni la Zona Parásita, todas las expulsiones son definitivas. El primero en vivirlo en primera persona fue el chef Koldo Royo, que en votación contra sus compañeros resultó quinto eliminado.

A él lo sucederá en el camino de vuelta a España, quedando sin posibilidad de llegar más lejos en el programa, uno de los cuatro nominados. Como es habitual, hay dos de cada equipo, quedando cuatro en total en la palestra, que en esta ocasión son Álex Adrover, Joshua Velázquez, Manuel González y Makoke. ¿Quién será el menos votado y tendrá que abandonar el 'reality'?