Pequeños gestos como guardar el carro de la compra, ofrecer propina o ayudar a los camareros a recoger la mesa son más significativos de lo que creemos. Según la psicología, hablan de nuestra forma de ser y exponen nuestra personalidad al completo sin percatarnos sobre ello. Empatía, humildad o responsabilidad son algunas de las cualidades que se relacionan con este tipo de gestos altruistas. Aun así, no los únicos.
La psicología se pronuncia sobre el significado de los gestos más generosos
La psicología ha estudiado durante años ciertos comportamientos humanos para entender mejor nuestro modus operandi. Algunos gestos como dar propina, colocar el carro de la compra en su lugar o ayudar a los camareros a recoger la mesa son mucho más importantes de lo que creemos. “El nivel de empatía de la gente se mide en carritos de la compra abandonados en el parking del supermercado”, señala la psicóloga María Esclápez en una de sus publicaciones de Instagram.
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Parece evidente, pero no todos se han parado a pensar qué significado tienen este tipo de comportamientos. “Esta teoría propone que la moralidad y capacidad de las personas para autogobernarse la puede determinar algo tan sencillo como devolver el carrito de la compra al lineal designado para su almacenamiento”, añade la misma experta. En general, la psicología asocia los gestos altruistas con las personas más maduras, responsables y conscientes de su entorno social.
En esta misma línea, también son aquellas que suelen preocuparse con mayor frecuencia por quienes sienten más cariño. Lo mismo ocurre con otros actos voluntarios y generosos que se llevan a cabo sin esperar nada a cambio. Ayudar a un anciano a cruzar un paso de cebra, ceder el turno en la cola del supermercado o prestar cualquier pertenencia a otros compañeros de trabajo son comportamientos directamente relacionados con la humildad. La ciencia también ha determinado que estas mismas personas suelen ser más disciplinadas que el resto de individuos.
Conscientes de sus actos, se preocupan por el impacto de estos. También es menos probable que provoquen un daño emocional intencionado sobre su entorno. De hecho, es todo lo contrario. Según la psicología, este tipo de personas ofrecen un gran apoyo en momentos complicados. Según el experto en relaciones humanas Lachlan Brown, tener en consideración a los camareros denota también una alta concienciación social. Estos pequeños gestos altruistas contribuyen a la construcción de una sociedad más generosa, según los expertos.
Aun así, todavía son pocas las personas que forman parte de ella. “No hay ninguna justificación que nos impida dejar el carrito de la compra en su sitio. No es ilegal abandonarlo, pero tampoco nos van a premiar por colocarlo en el lineal. No hay consecuencias. Actuar bien o mal depende únicamente de la voluntad de la persona en sí misma”, puntúa María Esclápez. En cualquier caso, la ciencia ha demostrado que las personas que actúan con la bondad sin esperar nada a cambio también gozan de un mayor bienestar.
La generosidad como herramienta para ser felices en la vida
Varios estudios científicos y psicológicos han concluido que los comportamientos más altruistas no solo mejoran la calidad de vida de otras personas, sino también la de los propios individuos que los llevan a cabo. “Diferentes estudios han demostrado que la generosidad no solo beneficia a quien la recibe, sino a quien la da”, señala ‘Solidaridad Intergeneracional’ en su portal web. También una de las voces más influyentes de nuestro país, el experto Mario Alonso Puig, compartía hace pocas semanas una reflexión relacionada con este importante asunto.
“No seas generoso para que te lo agradezcan, sino porque es un valor. La bondad entendida como un encuentro sincero entre seres humanos nos acerca al perdón, al amor y, en última instancia, a la paz interior”, subraya. Por el contrario, un comportamiento malicioso influye negativamente sobre nuestro propio bienestar. Las mentiras, la manipulación y las críticas como forma de control son rasgos realmente dañinos y perjudiciales.
También otros gestos cotidianos como abandonar el carro de la compra en mitad del supermercado o hablar con desprecio a un camarero se sitúan en el mismo nivel. “Una persona que valore de verdad a un ser humano en todo lo que haga lo irradiará. Habrá veces que no le saldrá bien, pero su disposición es que le salga bien. Dirá, hoy no me ha salido, pero lo volveré a hacer. No cortar en compartimentos estancos”, sentencia Mario Alonso Puig.