Ayer mismo informábamos de la preocupante situación económica que vive nuestro país debido a la crisis, algo sobre lo que Santiago Niño Becerra (74 años) daba algunas claves, asegurando que “no hay burbuja en el mercado inmobiliario, lo que hay son precios desbocados porque la demanda residencial es mayor que la oferta y bastante demanda está motivada porque hay escasos lugares en los que invertir". A través de sus redes sociales este compartía sus pensamientos y algunos informes que nos dejaban bastante preocupados por el futuro, haciendo hincapié en la situación de ciertas familias para poder pagar las rentas de sus viviendas. Pues bien, este ha vuelto a hablar y sus conclusiones no son nada alentadoras.
La situación económica según Santiago Niño Becerra
Tal y como informan en ‘Levante’, los ciudadanos ven como cada día crece la inflación, el precio de los alimentos y también los alquileres e hipotecas, por no hablar de los numerosos conflictos internacionales que estamos viviendo, los cuales podrían tener consecuencias y repercusión en todos nuestros hogares de una manera u otra. Entre otras cosas, es bastante preocupante el anuncio de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, sobre los nuevos aranceles comerciales, queriendo imponer tasas a varios países, poniendo proteccionista con la política económica de Estados Unidos y tensando su relación con China.
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Pues bien, Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica en la Universitat Ramón Llull, ha analizado esto, tal y como aseguran en el citado medio, llegando a diferentes conclusiones. En el programa ‘Tot es mou’, el economista ha mostrado un gráfico del índice S&P 500 en el que se podían ver picos históricos: desde los mínimos de la crisis del año 2008 (735 puntos) hasta los máximos actuales, que en 2025 se sitúan en los 6.101 puntos.
"Una bajada del 10% no es preocupante -ha explicado Niño Becerra-. Lo realmente alarmante sería una caída del 80%. El crecimiento actual no tiene sentido económico; es puro efecto de la especulación alimentada por la inyección masiva de liquidez por parte de los bancos centrales en los años 2009, 2012, 2018 y durante la pandemia", explica este en directo en la Televisió de Cataluña.
El futuro más complicado
Este también advirtió algo y es que, si las cosas entre China y Estados Unidos siguen yendo mal, podríamos vivir algo parecido a lo que se vivió durante el confinamiento mundial de 2020. "De seguir con más aranceles y represalias -ha detallado Niño Becerra-, podríamos vivir este verano una parálisis económica global, una nueva 'situación Covid'", explicaba, añadiendo que China tendría actualmente ventaja sobre la América de Donald Trump, ya que "tiene más activos, ha aprendido del colonialismo económico de EE.UU. y está invirtiendo estratégicamente en África y Sudamérica: les quita recursos, pero les ofrece infraestructuras. Les compensa".
La fuga de talento en España
Este también comentó recientemente en el Huffpost que había podido hablar con un millennial sobre las razones por las que esta generación no hace más para cambiar las cosas: "Tenéis problemas de vivienda, de trabajo... ¿Por qué no protestáis? Me contestó que no servía para nada".
"Nosotros protestábamos por todo, algunas cosas las conseguíamos y otras no. Yo creo que los jóvenes han llegado a la conclusión de que es imposible conseguirlo. Los millennials se cierran, se bloquean", aseguraba, viendo diferencias entre la generación Z y los millennial: "Grita un poco más. Pero grita hacia otras latitudes. Por ejemplo, en España, la ultraderecha tiene muchos seguidores entre la generación Z, pero no entre los millennials. Es una protesta que cuelga de algo, no es una protesta por sí misma".
Esto implica una fuga de talento sobre la que este también se lamentaba: "Las muy buenas o muy buenos se van si pueden, muchos no vuelven. Una sobrina mía se fue a trabajar en banca en Inglaterra hace seis años y no piensa volver. Los que se quedan y se adaptan a una situación condicionada por la vivienda, su poder adquisitivo...", comenta. "Antes, hace 30 años, un joven de 25 tenía expectativas, otra cosa es que luego se cumplieran. Hoy hay muy pocas. Esto, de alguna forma, lo han somatizado. ¿No puedo comprar coche? ¿Tengo que compartir vivienda? Pues comparto, vale. Esto tiene consecuencias en su forma de vida y en su futuro".