A problemas acuciantes, soluciones desesperadas. Por mucho que el príncipe Guillermo haya peleado para que no trascendiera ni una información, ni una imagen, sobre la operación de su mujer, por mucho que exigiera privacidad a los medios, por mucho que expresara su indignación cada vez que algún periodista trataba de pasarse de la raya, al final ha tenido que ceder, a regañadientes, y mostrar una foto de Kate y sus hijos. ¿Una foto retocada, un montaje, una creación de IA...? ¿Es cierto que ha sido Kate, según propia confesión, la autora de este desaguisado? No lo sabemos. Quizás lo averigüemos algún día.
El detonante de esta decisión ha sido esa otra imagen de Kate en el coche con su madre tomada el lunes pasado. Aunque los periodistas ingleses se negaron a publicarla siguiendo las órdenes del príncipe de Gales, la citada foto fue descrita con todo detalle en el ‘Daily Mail’ y, como se pregunta con amargura ‘The Times’, siempre alineado con la Casa Real, ¿qué diferencia hay entonces? El príncipe Guillermo está pasando la época más horrorosa de su vida. Desde la muerte de su madre odia a la prensa, a la que achaca la culpabilidad del accidente de París. Más de una vez ha dicho “si no fuera por el acoso de los paparazis mi madre seguiría con nosotros”. Y toda su existencia ha sido un tira y afloja entre su vida privada, su mujer, sus hijos, su intimidad, y la vida pública que implica ser heredero de la corona. Y más desde que su padre es rey y él se ha convertido en príncipe de Gales.
Su hermano Harry no solo no es de ninguna ayuda sino al contrario, no hace más que poner palos a las ruedas: lo último, declarar que Kate y Guillermo eran los culpables del comentario racista sobre sus hijos porque cuando nació Archie habían preguntado de qué color era. Para un hombre tímido, introvertido, poco sociable y con una infancia traumática como Guillermo, la presión ha sido inaguantable. Su prioridad de siempre, más que atender las obligaciones propias de su rango, ha sido proteger a su mujer y cuando ésta ha debido someterse a una intervención, solo tuvo a bien revelar que se trataba de “una operación abdominal” dando una vaga fecha para su recuperación, “después de Pascua”.
Hasta entonces él se iba a hacer cargo de su familia e iba a restringir su actividad oficial. Pero todo saltó por los aires cuando a su padre se le detectó un cáncer. Esta situación desbordó al estresado Guillermo. Desde un semblante absolutamente devastado hasta cancelaciones en el último momento han marcado este mes que su padre ha tenido que someterse a tratamiento y él ha debido sustituirlo. Camila, de 76 años, después de acudir a doce actos en una semana ha tenido que pedir la baja y ante este vacío de poder las teorías más disparatadas se han puesto en marcha, desde que el rey Carlos y Kate están al borde de la muerte, hasta que lo de la princesa de Gales es un problema de salud mental relacionado con una crisis en su matrimonio. Cuando un amigo le preguntó a Guillermo qué pensaba de estos comentarios, contestó con malhumor, “no tengo tiempo de leer chismes porque estoy dedicado a mi trabajo”.
Y los periódicos han empezado a preguntarse qué trabajo es ese y a cuestionar, todavía con tibieza, su idoneidad para la corona. Según dicen ha sido su padre el que le ha obligado a ofrecer esta foto “a las fieras” –como él llama a los periodistas en la intimidad–, con la excusa de que es el día de la madre en Inglaterra. Pero ¿creían que nuestra hambre de información se iba a aplacar echándonos esta imagen idílica de la familia? Pues no ha sido así, porque la foto en cuestión no ha convencido a nadie. Kate está sentada, lo que revela que no puede permanecer de pie, por lo que la operación, realizada hace dos meses, debió ser bastante seria. También luce un jersey ancho en la parte del estómago, lo que sugiere un vendaje aparatoso. Todo se ve falso y artificial. Pero solo después de que las principales agencias de prensa internacionales advirtieran de que se trataba de una imagen manipulada, la princesa de Gales emitió un comunicado explicando que ella misma había editado la foto. Esta absurda batería de mensajes nos hace sospechar por una parte que algo grave pasa con Kate y por otra nos demuestra la ineptitud del gabinete de comunicación de la Casa Real británica.
Entretanto los expertos en monarquía del Reino Unido no dejan de preguntarse cómo se puede conseguir la estricta separación entre vida privada y vida oficial que exige Guillermo siendo heredero de la corona. Y cómo puede detestar de tal manera a la prensa alguien que va a estar en el ojo público todo lo que le quede de existencia. ¿Puede un ser humano soportar eso? El rey de Inglaterra Eduardo VIII tuvo que renunciar y pasarle la corona a su hermano para poder vivir a su manera. ¿Terminará haciendo lo mismo Guillermo? ¿Se convertirán él y su mujer en unos nuevos duques de Windsor? Y, lo que es más importante ¿veremos a Harry y a Meghan sentados en el trono de la Gran Bretaña?