Tiene casi 460.000 seguidores en Instagram, donde no deja de crecer como influencer. Y ahora Alba Díaz ha decidido dar un paso adelante en su exposición mediática con la docuserie ‘Las Berrocal’, de Movistar Plus+, en la que desgrana su vida familiar con su madre, Vicky Martín Berrocal, y el resto de su familia.
En este documental salen a la luz revelaciones, secretos, confesiones... Tu madre dice que tú, como hija, quizás necesitabas más a Vicky, la madre, que a Vicky, el personaje. ¿Es ahora mejor vuestra relación?
-Es la relación que soñé tener durante toda la vida con mi madre. Siempre nos hemos querido, pero hasta que tú no te conoces a ti misma es muy complicado. Por eso es tan difícil tener una relación sentimental sana a día de hoy, porque es muy difícil que dos personas se comuniquen, sean ellas mismas al cien por cien y encajen. En el caso de mi madre, no me puedo escapar de ella, nos une un vínculo demasiado grande [risas].
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Ella dice que es más difícil ser madre que hija y asegura que hoy todo el mundo hace de padre y de madre porque las relaciones no duran. ¿Tú recuerdas a tu padre de niña involucrado en tu crianza?
-Hace poco vi los vídeos de cuando era pequeña y mi padre estaba superinvolucrado, poniéndome los pañales, todo el día conmigo en brazos, dando el biberón...
Tu abuelo, el padre de Vicky, no estuvo ni en el nacimiento de su hija.
-Solo vino al mío para decir que me atasen en corto.
Una historia tan fuerte como la de tus abuelos, ¿te ha marcado a la hora de vivir tus relaciones amorosas?
-A mí me ha afectado en ver una tercera silla constantemente en mi vida. En el sentido de que yo estoy sentada en una silla, mi pareja está en otra silla y hay una tercera silla donde se puede sentar alguien, otra persona. Lo he tenido siempre presente; he vivido sabiendo que alguien se puede sentar. Ahora no. Gracias a Dios ya lo he sanado. He vivido esperando que pudiera llegar otra persona que me pudiera quitar a mi pareja, siempre con ese miedo.
¿Cuál ha sido, en el rodaje, el mejor momento y cuál ha sido el más duro?
-El mejor momento ha sido cuando hacíamos cenas o meriendas, pararnos más a hablar, actualizarnos sobre nuestra vida. Y el peor momento... En realidad, no ha habido, pero quizás un día en el que nos pasa algo en el trabajo, estás diferente y cambias la energía. En general, lo hemos pasado muy bien.
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¡Pero también os hemos visto discutir!
-Sí, y no somos rencorosas. Nos enfadamos y luego, al día siguiente, estamos bien.
Tu madre dice que estáis siempre juntas, que va a una fiesta y al rato os estáis llamando.
-Sí, se va de un sitio a la una de la mañana y me cuenta qué tal lo ha pasado.
¿Quién ha sido la más difícil de convencer para hacer esta docuserie?
-A mi madre le daba más miedo, pero yo era la que menos quería hacerlo porque pienso más en todo lo que puede pasar, en los ‘haters’... Pero luego se me olvidó.
Tu tía Rocío dice que a ella le daba miedo hablar delante de la cámara.
-Ahora se valora y se quiere. Antes ni se hacía fotos.
¿Qué relación tienes con la otra familia de tu abuelo?
-Nos amamos. Yo flipo con José [José Luis Martín del Molino uno de los hijos que José Luis Martín Berrocal tuvo con su familia de Madrid], porque lo miro y veo a mi abuelo.
¿Te costó convencer a tu novio, Marcos, de que participara en ‘Las Berrocal’?
-No, porque estoy todo el día con él. Como es artista, está hecho a las cámaras, le salía de forma natural y quería aportar lo que aportó. Yo quería que estuviera porque soy muy feliz con él y es el único hombre que tenemos las cuatro.
Se te ve muy bien.
-La verdad es que sí.
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Tu madre dice que tu abuelo estaría feliz si hubiera tenido unos minutos en el documental.
-Sí, está muy presente, está con nosotras todo el rato.
¿Qué crees que opinarían las Kardashian de vosotras si vieran vuestro documental?
-Yo creo que dirían: “Qué guay que haya familias de mujeres empoderadas, que luchen, que sean valientes y que tengan claro lo que quieren”. Estarían muy contentas con la docuserie, seguro.