Hubo una época en que me confundían contigo, me paraban por la calle, me comunicaban con gravedad: “Soy géminis”. Y a continuación me relataban sus cuitas y me pedían consejo. Yo deshacía el entuerto.
Sí, pero...
Eso me dio medida de lo que te quiere la gente. Y de la fe que tienen en tus predicciones. Yo la primera, porque aún no he superado el susto que me propinaste cuando empecé a salir con mi pareja y me soltaste como quien no quiere la cosa: “Es un Leo del primer decanato…” ¡Y no sabías siquiera cómo se llamaba! En fin, amiga querida, has tenido un percance de salud, pero sé que ya estás en casa, recuperándote. Y desde aquí te quiero enviar todo el amor y la fuerza de esta virgo que no cree en el horóscopo, pero sí cree en Esperanza Gracia.