Kiko Matamoros, en exclusiva: "Tengo una ilusión importante con una veinteañera"

Afirma haber querido a Makoke con locura: "He sentido por ella una atracción sexual impresionante". Pero su corazón ahora late por una joven. Ni confirma ni desmiente si es Sofía Suescun

28 de noviembre de 2018, 11:06

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"He querido a Makoke con locura. ¡Me ha hecho muy feliz! He sentido por ella una atracción sexual impresionante, hasta el último momento hemos tenido relaciones porque somos muy apasionados, la encuentro guapísima y aún ahora, si la viera por la calle sin saber quién es, intentaría abordarla…”. Yo protesto: “¡Pero si te gustan jóvenes!”. Y suelta una carcajada. “Sí, es verdad, con las chicas jóvenes me divierto, me aportan frescura, energía, inocencia... pero no voy con ellas en plan Pigmalión, eh, eso me horrorizaría, sino de igual a igual”. Arguyo que quizás ellas buscan a su lado notoriedad, hacerse famosas, y se encoge de hombros. “¡Qué más da! No me importa, pero creo que soy un tío entretenido y supongo que se lo pasan bien conmigo”.

“Podría tener hijos, pero no”

Indago si, entre todas ellas, hay alguna que se haya hecho un hueco en su corazón, y me parece que este hombre duro se ruboriza. “Pues sí, hay una en particular. Como dicen los cursis, tengo una ilusión importante”. ¿De qué franja de edad estaríamos hablando?. Ahora responde con algo de timidez: “Es veinteañera”. ¿Sofía Suescun? Se ríe, insisto, vuelve a reír. Le pregunto si se casaría de nuevo: “¡No!”, aunque luego rectifica. “No sé, creo que no”. Y sobre si tendría más hijos. “Podría, eh, vamos, no me he hecho los análisis, pero pienso que sí ...¡aunque eso está descartado!”. Pausa. “Creo”. Le digo que me da la impresión de que está consumiendo muchas asignaturas pendientes de su juventud, como la libertad, la juerga, las chicas, y responde con algo de amargura: “No, yo he hecho vida de hombre solo en muchos periodos de mi primer matrimonio, ya estoy curtido en la noche y sus peligros”. ¿El sábado habías consumido algo?, le pregunto. “Nada, te lo juro, ni una copa”.

“He ganado mucho dinero”

Cuando tuvo lugar la entrevista de Jorge Javier Vázquez con Makoke en ‘Sábado Deluxe’, Kiko apareció en la puerta de su local con una chaqueta de Gucci que costaba tres mil euros. “Sí, ¿y? Me la compré yo, he ganado y gano mucho dinero”. Le comento si no es una fanfarronada que presuma de eso, y me contesta con una punta de enfado: “Oye, tengo recurrido mi tema con Hacienda, y estoy esperando que se resuelva, soy el tío más controlado de España, no estoy haciendo nada ilegal”. ¿Te dolió la entrevista de Makoke?, le pregunto. “No entendí lo que pasó…” ¿Te refieres a la actitud de los periodistas?, pregunto, y tira de ironía. “Eso de periodistas lo dirás tú… Me decepcionó y me asombró la actitud de Makoke poniéndose al lado de esas personas que la han estado machacando todos estos años”. Hombre, le digo, es normal, le dolió que dijeras que, cuando te casaste con ella, estabas enamorado de esa chica con la que estuviste cuatro años. Y estalla, enfadado. “¡Es que eso no lo dije! Cuando Antonio Rossi cuestionó que se pudieran querer a dos personas a la vez, yo le solté que era un ignorante emocional, pero no me refería a mí, sino a la vida de todos… ¡Nunca voy a decir si estaba enamorado de ella o no, por respeto a ella y a Makoke! ¡Eso no va a salir nunca de mi boca!”. Pausa.

“Me queda mucho por decir”

Sigue, como si reflexionase en voz alta: “Makoke, posicionándose con ellos y en mi contra, quizás buscaba un reconocimiento que estando conmigo nunca ha conseguido”. ¿Ha estado a tu sombra? “Puede… En los enfrentamientos que he tenido con mis hijos por su culpa, ella lo que intentaba siempre era salvar su cara y no que yo me reconciliara con ellos…”. Se le rompe la voz. Silencio. Le confieso que no me parece bien que Makoke hable de la deuda que tiene él con Hacienda, como si no fuera con ella. “Bueno, admito que soy el responsable legal, pero si yo tengo esa deuda es por algo… Hemos vivido siempre muy bien, con servicio, buenos coches, viajes, ¡si vieras nuestros vestidores!”. Aunque ahora, cuando venda la casa, ha declarado que le regalará a Kiko el millón que le falta para cumplir con el fisco. Él arguye: “Yo le dejé 700.000 euros para comprar el chalé, y consta en el notario, o sea que me los tiene que devolver si la vende… lo que me quiera dar de más, pues muy bien. Por cierto, ella vivirá en un dúplex en Majadahonda que compré yo, pero da igual, no soy materialista”. Y añade, con tristeza: “Aunque me molesta que Javi Tudela se olvide de lo que he contribuido a esa familia”. ¿Te queda algo por decir?, le digo. “Mucho, claro, son veinte años de matrimonio, ¡y no querría! Pero si siguen así, con estos niveles de enfrentamiento, la vamos a liar y es una pena ¡Me conozco, hay muchas cosas que no han salido y acabaré soltando!”. No quiero terminar sin sonsacarle si Sofía Suescun es su enamorada y vuelve a reírse. “Ay, Pilar, un beso, adiós”. Se ríe tanto que me figuro que es ella, pero qué sé yo, a mí no me hagan caso, que vivo en provincias.

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