1. Noviembre de 2003

Letizia encaraba muy nerviosa su presentación oficial. Como toda novia que va a casarse, sabía que su principal misión era adular a su nueva madre política, y se había preparado un pequeño discurso. El enamoradísimo príncipe le aconsejó cariñosamente: “Sé tu misma, te los meterás en el bolsillo”. Letizia empezó a hablar delante de los periodistas: “El ejemplo impagable de la Reina…”. Como buena comunicadora, hizo una pausa efectista que Felipe interpretó como indecisión y le echó un cable: “Ella quiere decir…”. Letizia vio arruinado el buen efecto de su perorata y fue cuando, enfadada, soltó ese “déjame acabar”, recibido con risas por su arrobado novio, y con críticas feroces por el resto de la humanidad que llegan hasta hoy mismo.

2. Abril de 2004

Los novios tenían preparado un viaje de despedida de solteros al Caribe. En atención al atentado del 11 de marzo en Atocha –el más atroz de nuestra historia–, se comunicó que lo habían anulado. Pero, quince días después, una agencia extranjera se hizo eco de que “en Miami, Felipe de Borbón y su prometida Letizia Ortiz, que procedían de Bahamas, donde habían estado de vacaciones con un grupo de amigos y cuatro guardaespaldas, tuvieron un incidente en el aeropuerto por entender que los controles sobre sus maletas eran excesivos”. Aquí se publicó simplemente la noticia, y, por respeto al momento de luto que se vivía, no hubo comentarios.

3. Verano de 2004

En esas primeras vacaciones de casados en Mallorca se le hicieron a Letizia unas fotos en una postura poco decorosa en la popa del Somni (blusón corto que dejaba ver la ropa interior). La princesa se enfadó con los paparazzi y, como venganza, decidió ir vestida el resto del verano con la misma ropa. ¡Una ruina, no solo para los reporteros gráficos y para las revistas, sino también para los patrocinadores de la regata en la que participaba su marido! “Sus maneras fueron soberbias y chulescas”, confesó el colega Gustavo González, uno de los damnificados.

4. Agosto de 2008

Letizia reservó una semana libre en su agenda para retocarse la nariz –y probablemente la barbilla– con el médico Antonio de la Fuente. El accidente aéreo de Spanair en Barajas, sin embargo, le obligó a quitarse los apósitos y aparecer en el hospital La Paz, donde se atendía a los heridos, con el rostro hinchado y tumefacto a pesar del maquillaje, la melena sobre la cara y la cabeza baja. Fueron unos minutos frente a las cámaras que a ella se le debieron de hacer eternos, y obligaron a Zarzuela a emitir un comunicado admitiendo la operación. A partir de ahí, empezaron las leyendas urbanas sobre sus profusas y continuas intervenciones estéticas.

5. Abril de 2018

Catedral de Palma. Semblantes tensos. Letizia –que no tiene el dominio de sí misma de la reina Sofía– muestra su malhumor, desconocemos por qué motivo. A la salida, la abuela coge a sus nietas para que las fotografíen juntas y disipar así la sospecha de que no se ven nunca. Letizia se da cuenta. Corre hacia ella y le reprocha su actitud a gritos: “¿Qué haces? ¡Habíamos quedado que las fotos se hacen afuera y para todos!”. Leonor, que quiere complacer a su madre, se suelta con acritud del brazo de la abuela. Y don Juan Carlos abronca a su hijo: “¡Controla a tu mujer!”. Esas imágenes fueron el momento más bajo en la popularidad de Letizia. Desesperación en Zarzuela, que ven no solo como se machaca a la reina Letizia, algo habitual contra lo que ya no saben cómo luchar, sino a la heredera, la princesa de Asturias. Se estudia confeccionar un comunicado. Pero, al fin, se opta por llamar uno a uno a los periodistas: “Las dos reinas se llevan estupendamente. Es una pena que todo lo interpretéis tan mal…”. Trala ra lará… Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio… (Serrat, siempre Serrat).