Gonzalo Ramos, Jacobo Monteclaro en 'La Promesa': "La historia de amor con mi mujer es de película. La vi en Londres actuando y fue un flechazo instantáneo"

Gonzalo Ramos, uno de los protagonistas de 'La Promesa', desvela cómo conoció a Sofía Escobar, su mujer y madre de sus dos hijos

Gonzalo Ramos
RTVE

Gonzalo Ramos (35 años) llega todos los días al Teatro Bellas Artes de Madrid después de pasar la jornada grabado 'La Promesa'. Se incorporó a la ficción el pasado mes de enero para interpretar a Jacobo Monteclaro. Su llegada puso patas arriba la estabilidad en el Palacio y dinamitó una de las parejas más queridas de los 'promisers': la formada por Curro (Xavi Lock) y Martina (Amparo Piñero). Su paso por la ficción, que cuenta con el premio Emmy a Mejor Telenovela Internacional, le ha dado mucha popularidad. "Es una suerte participar en una serie con tanto éxito", asegura a 'ABC'. Saca energía de donde otros no la encontrarían para subirse al escenario e interpretar 'Goteras', una ficción que le lleva a conocerse a sí mismo pero con treinta años más.

Se muestra orgulloso de su "ética del trabajo". "Soy disciplinado, metódico, me esfuerzo. Pero es un rasgo que va más allá de lo profesional, también lo soy en lo personal porque quiero mucho a los míos", señala al citado medio. Esta entrega a veces se traduce en "obsesión". "Aunque no es algo que realmente quisiera cambiar porque uno debe abrazar su forma de ser, incluso con defectos. Todo eso, lo bueno y lo malo, acaba por definirme", añade.

Puede que el rostro de Gonzalo Ramos ya fuese familar antes de que se incorporase a 'La Promesa'. Debutó como actor cuando apenas tenía 15 años. Participó en ficciones como 'MIR', 'Génesis: En la mente del asesino', 'Hermanos y detectives', 'Los hombres de Paco' y 'Hospital Central'. Su primer gran personaje llegó con Julio, uno de los protagonistas de 'Física o química', cuando apenas tenía 18 años

fisica o quimina
Antena 3

No ha dejado de trabajar desde entonces ampliando su extensa trayectoria en televisión, cine y teatro. Algunos de los títulos más reconocidos en los que ha trabajado son 'Amar en tiempos revueltos', ficción en la que estuvo más de 200 episodios; 'Servir y proteger' o 'Acacias 38'. Estos proyectos los ha compaginado con su formación e las escuelas de Cristina Rota y Juan Carlos Corazza. También realizó un posgrado en Canto e interpretación en la Royal Academy of Music de Londres. 

La familia, lo más importante para Gonzalo Ramos

En su lista de prioridades, el primer puesto lo ocupa la familia. "En casa, con ellos, encuentro la paz. Puedo ser una persona detallista, quiero cuidarles, todos mis intentos van desde el afecto, pero soy un poco manazas y tengo tantas cosas entre manos que me veo sobrepasado", explica. Con su hijo mayor comparte su pasión más excéntrica: "Vamos mi hijo y yo viajando por el mundo para subirnos a todas, buscando la emoción en cada una de las atracciones". Su favorita, la Steel Vengeance, se encuentra en el Parque temático Cedar Point, en Ohio, Estados Unidos. 

Está felizmente enamorado de Sofía Escobar, una soprano y actriz de musicales portuguesa. Asegura que su historia de amor "es de película": "La vi en Londres actuando en 'El fantasma de la ópera' y fue un flechazo instantáneo. Le mandé un mensaje por X –antiguo Twitter– y me contestó, iniciándose así una conversación que terminó en una cita". Esa fue la primera de muchas. 

Durante sus primeros años de relación, vivieron entre Madrid y Londres, donde la intérprete ha trabajado en una larga lista de musicales. Sofía ha interpretado a Christine en 'El fantasma de la ópera', a María en 'WestSide Story' y a Maria en 'Sonrisas y lágrimas', entre otros muchos personajes. 

Ambos comparten profesión, algo que para ellos es una ventaja. "En nuestras vidas hay un grado de caos (que si los viajes, los horarios...), no es una vida convencional, pero nos entendemos mucho, formamos un buen equipo. Pero todo fue una casualidad, no fue una decisión consciente, me hubiera enamorado de ella aunque hubiera sido abogada", asegura Gonzalo Ramos.

Se casaron en una íntima boda en Guimarães, el norte de Portugal, celebrada en septiembre de 2013. Juntos tienen un hijo de once años, Gabriel, y otro de apenas unos meses. Gonzalo está convencido de que ser padre le ha hecho mejor persona y también en mejor actor. "Dejas a un lado el ego –ese yo, yo, yo que gobernaba tu vida– y te pones al servicio de esas personas que te necesitan a partir de ahora. Tú pasas entonces a un segundo plano y recolocas tus prioridades, lo cual es una bofetada de realidad", reflexiona. No es el único cambio que le traje la paternidad: "Descubres un nivel de profundidad emocional que ni sospechabas y eso te sirve para ampliar la expresión de un abanico de sentimientos que antes se te escapaban".