Después de ver el documental he tirado y tirado de memoria pero no he conseguido acordarme de alguna frase que me dijera Queca confirmándome su relación con el emérito. Sabía que hablaban, pero no por ella. Sí que me acuerdo de que me hablaba muy mal de Letizia, pero estoy convencido de que lo hacía porque a Juan Carlos I no le hacía ni puñetera gracia y ella hablaba por boca de él.
Queca habla en el documental de su relación con el emérito y muchos de los que la conocían se han llevado las manos a la cabeza. ¿Por qué dejó grabadas esas declaraciones? Hay quien lo achaca al despecho que le provocó la aparición en escena de Corinna, la mujer por la que el Rey estuvo a punto de divorciarse. Corinna desplaza a Queca, que no era tonta y tenía claro que el emérito, además, estaba con otras. Pero, como no era tonta, sabía que lo de Corinna era para el Rey muy especial, por lo que ella quedaba relegada a un tercer/ cuarto o vete tú a saber qué puesto. Ella, que como se explica en el documental le había hecho tantos favores a su amante. Ella, que había sabido ser discreta, no como esa Corinna que mangoneaba al monarca en cuestiones de negocios no siempre muy claros.
Mi recuerdo de Queca es el de una mujer obsesionada por su físico hasta límites enfermizos, quizás porque no soportaba que Juan Carlos la hubiera cambiado por una mujer más joven y más rubia. Queca detestaba a los gordos y manifestaba su gordofobia con crueldad y sin miramientos. Cuando coincidía con el príncipe Felipe en algún acto y lo veía un poco pasado de kilos decía en voz bien alta a su interlocutor, para que el afectado lo escuchara: “El príncipe está echando cuerpo”. Queca era derechona, clasista, muchas veces maleducada, machista y misógina.Era de las que a las primeras de cambio tildaban de “p.” a una mujer, por eso me ha sorprendido que dejara grabadas declaraciones sacando a relucir su pasión real. Además de todo lo que he escrito, Queca Campillo era una mujer que tenía un lado muy tierno. Y sorda de un oído, creo recordar que por un accidente de coche, lo que provocaba escenas muy divertidas. Le contabas algo cercano a un secreto y entonces te preguntaba por él a voz en grito y tú te querías morir. Yo la veía muy sola. Murió de cáncer. Cuando enfermó se retiró a su Cáceres natal y no quiso ver a nadie.
No acabo de encajar que, con lo fina que era, haya contado en el documental que se lo hacía con el Rey en una furgoneta en Torrelodones. No os perdáis ‘Salvar al Rey’, por favor. Magnífico trabajo. La tele nunca morirá mientras nos sigamos encontrando joyas como esta.