Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier

Me pasaba el día enganchado al móvil, fisgando en las redes. Perdiendo el tiempo

El domingo trece de agosto a las once y media de la noche, tras finalizar las grabaciones de las audiciones de Got Talent, me declaro oficialmente en vacaciones. Al llegar a casa pedimos una pizza y dos helados de medio kilo. Lo normal en estas circunstancias, vamos. Debía haber aglomeración de pedidos porque el cargamento no llega hasta la una y media de la madrugada, que es una hora muy adecuada para empujarse unos alimentos tan ligeros. Pero nos da igual porque nos ha costado muchísimo llegar a celebrar que por fin tenemos vacaciones. Lo comentaba con una compañera de Got Talent: tenía tal grado de ansiedad que era incapaz de leer un libro. Me pasaba el día enganchado al móvil, fisgando en las redes. Perdiendo el tiempo. Era consciente pero me lo permitía porque sabía que ese absurdo enganche tenía fecha de caducidad. Así fue. El lunes me desperté como si no tuviera móvil y me sentí libre. En el aeropuerto, una agradable sorpresa: coincidimos con Eva Hache. Antes de sentarnos en un bar a tomar algo nos encontramos a Miguel Bosé. Ella lo saluda –curiosamente viajarán en el mismo vuelo- y yo me aparto para observar la escena. Conclusión: Bosé tiene mucha mejor pinta en persona que en pantalla. Además sonríe-al lado de Eva Hache es lo más natural del mundo- y la sonrisa le favorece. Luego P. y yo sonreímos mucho más con ella mientras nos tomamos algo y prometemos vernos al volver de las vacaciones. Volamos hacia Menorca en pleno éxtasis.

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