¿Recordáis la salida de Miriam de GH Revolution? Seguro que sí porque solo fue hace una semana y su despedida resultó tan incendiaria que algunos temieron que acabase prendiendo fuego a la casa de Guadalix. Pues bien, ayer ella era el ‘plato fuerte’ de la noche para sus ex compañeros. Debía ser sorpresa (de las desagradables) para estos pero el juego no salió como estaba planeado…

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Los micros, esos ‘chivatos’ que tan malas pasadas juegan siempre a políticos y famosos, también se la jugaron a los ‘súpers’ de GH, y entiéndase como ‘súpers’ cualquier persona que trabaja en el programa orquestando todo para que el espectador no pueda apartar los ojos de la pantalla. Anoche las cabezas pensantes del reality habían preparado una ‘Battle Royale’ entre Miriam, que tenía ganas de repetir todos los ‘zascas’ que dedicó a sus compañeros en su adiós, pero, esta vez, a la cara. Venía con la escopeta cargada y dispuesta a que su emboscada sorpresa resultara legendaria. Nadie podía imaginarse que un fallo de sonido convertiría la entrada de la joven en algo todo menos discreto.

Miriam debía esperar a cada uno de sus ‘adversarios’ en la sala de encuentros. Repetimos, en secreto. Pero un micro abierto hizo que todos los habitantes descubrieran la visita antes de lo previsto. Trágame tierra…

Esto le pasa a los mejores. Madonna fue traicionada por un micro y su crítica al ramo de flores que le había hecho un fan fue escuchada por todos (por favor, ¡nunca regaléis a la diva un ramo de hortensias!), Inés Ballester mostró su malestar por “un tipo estúpido”, Ana Rosa también fue ‘pillada’ hablando de violencia callejera, y no hagáis que recordemos el “manda huevos” de Trillo. Lo dicho, pasa en las mejores casas, hasta en la de Gran Hermano.