“Gracias a Dios, llenamos cada día que hay función. Está yendo muy bien”, contaba Rocío Carrasco a la entrada del teatro Príncipe Pío donde, desde hace algunos meses, se representa ‘Punto de Partida’, el musical basado en las canciones de su madre. Un triunfo que vive, en soledad, con su marido Fidel Albiac, pero sin nadie más de su familia.
Desde el estreno de la obra llamó poderosamente la atención el poco interés que había despertado en miembros de la familia Ortega o Mohedano. Rocío no ha contado con el respaldo de nadie de este círculo, a excepción, curiosamente, de una de las hermanas de José Ortega Cano, Conchi. Quien a la salida del show no dudó en confirmar que había estado hablando con Carrasco y que todo había ido de maravilla. Conchi ha sido la única a quien ha captado las cámaras de los fotógrafos. Y no es que Rocío tenga vetada la entrada a nadie, “aquí puede venir quien quiera”, dice la esposa de Fidel, pero nadie la ha respaldado.
Cuando le quedan solo dos meses para que acabe la temporada, las posibilidades de ver a Anabel Dueñas o a Inés León interpretar los temas de ‘La más grande’ se agotan. Rocío aclara que ‘Punto de Partida’ regresará en septiembre, para dar descanso al equipo técnico y artístico. Ella no ha faltado ni a los ensayos ni a las representaciones. Es uno de sus proyectos más ambiciosos y lo ha cuidado al máximo. “Terminamos el 24 y seguiremos en septiembre”.
Quien sí fue a disfrutar de este proyecto de Rocío fue Teresa Campos, que, tal y como ella ha manifestado alguna vez, es alguien muy cercano para la madre de Ro y Da. De hecho, a Carrasco no le extrañaría que repetiese, “pues seguramente venga otro día”, contó a los medios apostados a la entrada del teatro. Eso sí, de la batalla judicial que actualmente mantiene abierta con Antonio David no quiso entrar a opinar.