Antonio David Flores se enfrenta a su momento más doloroso. Ya es oficial, la jueza encargada de la causa por presuntos malos tratos piscológicos, que denuncia Rocío Carrasco a su exmarido, ha estudiado con detenimiento las pruebas aportadas por la demandante y ha emitido un auto de transformación, por lo que el siguiente paso lógico es que se lleve a cabo el juicio.
Rocío Carrasco ha presentado un escrito en el que ha recopilado todo lo que el padre de sus hijos ha dicho de ella en los últimos 18 años. La colaboradora alega que todas estas declaraciones han causado en ella un perjuicio psicológico tremendo y tacha el comportamiento de la pareja de Olga Moreno de “maltrato psicológico sostenido en el tiempo”.
Recordemos que la madre de Ro y David tuvo que acudir, tan solo un día después de encontrarse con su hijo menor, a una dura evaluación psicológica de la que salió con los ojos arrasados por las lágrimas y con rostro cansado. Su apariencia derrotada no dejaba dudas: había sido un proceso muy difícil que le habría removido demasiadas vivencias. El día anterior, como decimos, vio a su hijo cara a cara y no le saludó; “no se ha acercado ni a darle un beso”, dijo en su día Antonio David devastado por la frialdad que había mantenido su exmujer con su propia descendencia. Hacía un año que no le veía. Entonces excusó su comportamiento alegando que la hija de la más grande estaba centrada en no mezclar emociones, fijando su objetivo en la prueba psicológica que le esperaba al día siguiente. Aquella misma mañana, Flores supo que la guerra con Rocío sería mucho más dura de lo que imaginaba y que destrozaría a toda su familia, tal y como Olga confirmó semanas atrás a nuestra revista, “Rocío nos ha hecho muchísimo daño”.
Si la jueza diera la razón a la hija de Pedro Carrasco, esto se podría traducir en una condena de cinco años de cárcel que es lo que piden sus abogados. El auténtico calvario de la familia Flores acaba de arrancar.