Pareciera que nos encontrásemos hace 12 o 13 años. Cuando Belén Esteban hablaba día sí y día también de su hija Andrea Janeiro Esteban en la televisión culpando a su padre, Jesulín. Este no se había portado con ellas de la mejor manera, y la única manera que la madre dolida tenía de gritar a los cuatro vientos su verdad y lo que había vivido en Ambiciones era a través de la televisión. Ahora vuelve a hablar del torero, molesta por el premio pro custodia compartida que le ha sido concedido. Y aunque tiene muchos comportamientos que reprocharle (la ausencia permanente, su poco interés en los asuntos escolares de la niña, las llamadas, escasas y frías...) hay uno que le agradece. Como leéis.

Resulta que, entre esta marabunta de ejemplos propios del padre más descuidado, hay un detalle que Belén ha reconocido de este ha desempeñado de manera sobresaliente: jamás se ha entrometido en la educación de la niña. La Esteban ha podido apuntarla a los colegios que ha querido, formarla y aportarle las directrices que ha estimado oportunas sin que el padre haya puesto un solo pero. Puede que esto se deba al comportamiento 'pasota' del marido de María José Campanario, pero la de San Blas eso no lo tiene en cuenta y valora el gesto, que toma como una absoluta confianza en su buen criterio no solo como madre, sino también como educadora.

Estos días la Esteban no ha dudado en arremeter duramente contra la que fuera su pareja a finales de los 90. A su hija le tiene prometido que no hablará de él en antena, pero, al final, hay ciertos temas que la hacen saltar y la falta de consuelo que la menor ha tenido de su lado paterno le continua hiriendo de manera profunda. Y eso, aunque Andrea sea ya una mujer, le seguirá doliendo a su madre, pues para ella siempre será su niña.