Desde que perdiera a su mejor amigo Chiquito de la Calzada el pasado 11 de noviembre, Paz Padilla lo está pasando francamente mal. No acaba de superar su pérdida y que se traten los temas más espinosos alrededor de su fallecimiento la ha puesto en más de una ocasión al límite, la última este pasado martes. "Estoy muy sensible y muy mal, y no sabéis lo que soy yo cuando estoy mal, porque no me habéis visto así", les decía a sus compañeros.
"Este tema, debéis entenderlo, me duele. Yo no puedo ver las imágenes de él y llevo tres días que no levanto cabeza aquí. No me hagáis más preguntas, por favor", afirmaba con gesto de dolor en la cara y en la voz, justo antes de volver a dejar sus competencias como presentadora en manos de Kiko Hernández. La tensión se concentraba de nuevo en el plató más polémico de la televisión. Era la segunda vez que Paz, desbordada, hacía un amago de abandonar el programa. Y con muy pocos días de distancia entre ambos sucesos. Padilla siempre tiene una broma asomando a través de sus palabras y una sonrisa dibujada en la cara, pero el desgaste al que está expuesta es más de lo que puede soportar.
Este miércoles por la tarde, prácticamente todo el equipo de 'Sálvame' acudían para arropar y participar del nuevo proyecto empresarial y creativo de Mila Ximénez. A pesar de que la tertuliana y la presentadora han tenido siempre sus más y sus menos, sorprendió la ausencia de Paz en una velada que invitaba a relajarse y a reconfortarse de todo los momentos tensos vividos en directo.
La actriz de 'LQSA' cree en otra 'medicina' para curar el dolor en el corazón. La más potente para una madraza como ella, de hecho. Y es que ha puesto rumbo a Londres para estar con su hija Anna. No hay nadie mejor que ella para arrancarle una sonrisa y volver a hacerle ver la vida de forma positiva. A la vista está por la imagen que ha compartido la joven 'influencer', que se encuentra cursando sus estudios universitarios en el Reino Unido. Ambas parece que están disfrutando como nunca de paseos por la ciudad británica y, por la colaboración que estaba pidiendo desde su Instagram, ha organizado una comida de lo más especial para su madre. El amor incondicional de su hija y el estómago lleno no cabe duda de que volverán a hacer brotar su mejor versión de nuevo, esa a la que Paz Padilla nos tiene acostumbrados.