Julen, el pequeño de 2 años que quedó atrapado el pasado 13 de enero en un pozo en una finca de la localidad malagueña de Totalán, ya puede descansar en paz. Este domingo 27, dos semanas después de precipitarse por el agujero, el pequeño ha sido enterrado en la la barriada de El Palo donde reside la familia, que les ha arropado en este durísimo momento.
José y Victoria, los padres del pequeño, se mostraban completamente desolados. Sus rostros desencajados por volver a repetir un trauma que ya vivieron hace menos de dos años con otro hijo al que también perdieron súbitamente más o menos a la misma edad que Julen, pero al mismo tiempo cansados tras dos semanas de angustia.
Y aunque la familia había pedido respeto e intimidad para despedir a su pequeño, muchísimas personas se han acercado hasta El Palo. El acto religioso ha tenido lugar a las 12.30 horas en el cementerio de la barriada malagueña y el entierro ha comenzado a las 13.30 horas. Ramos de flores y juguetes han adornado el pequeño féretro y un sonoro aplauso ha sonado a su salida de la iglesia.
Pero muchos de los que no han podido acercarse han querido acordarse de esos padres hundidos. Los mensajes de apoyo en redes sociales e instituciones no han dejado de llegar desde todo el país desde que Julen quedara atrapado en el pozo. Este sábado, Málaga capital ha guardado este sábado un minuto de silencio en señal de duelo por el fallecimiento de Julen, que falleció a causa de un traumatismo craneoencefálico severo tras la caída.
La autopsia preliminar del pequeño ha revelado que sufrió una caída "libre y rápida" que le provocó múltiples traumatismos y rozaduras. El cuerpo fue hallado a 71 metros de profundidad bajo un tapón de tierra y con los brazos hacia arriba.