Si por algo es querida Toñi Moreno es por su naturalidad y desenfado a la hora de contar anécdotas. Concibe las entrevistas como un momento de compartir confidencias con su invitado y, generosa que es ella, también aporta su granito de arena de índole personal. La presentadora de 'Viva la vida' recibía en plató a Nuria Roca, quien se hará cargo a partir del martes de un programa de cita de Cuatro, 'Singles XD'. La conversación iba por derroteros sobre sexualidad y qué mejor que hablarlos con Roca, que es autora de libros sobre esta materia y ahora va a ser celestina televisiva.
Un recuerdo de adolescencia asomaba en la memoria de Toñi. Le desencadenaba una risa nerviosa y el rubor subía a sus mejillas. A pesar de la vergüenza que le hacía contarlo, ni corta ni perezosa empezó a relatarlo. La conductora del magazine de Telecinco explicaba que le vino la regla a los 13 años. Eran otros tiempos y la desinformación era la tónica, tanto como que era normal tratarlo con el eufemismo "ya es mujer". "En mi casa ese tema no se hablaba y yo, además, iba a un colegio de monjas, con lo cual no se hablaba tampoco", ha recordado. Unas circunstancias que hacían propicias ideas equivocadas, terroríficas y que, normal, a Moreno la habían llevado a tener "mucho miedo".
Por mucho que quisiera desaparecer y hacerse pequeñita durante esos días, no pudo y al final tuvo que salir a la calle. Su madre la mandó a comprar a la carnicería del barrio, que estaba atestada de gente. Y en la cola la esperaba el peor de sus temores: "En la cola me tocó un señor delante y otro detrás que se apretaron muchísimo porque no cabíamos". Sudores fríos, nervios y estado de pánico. La adolescente Toñi Moreno solo deseaba salir corriendo y en cuento la atendieron, huyó de allí como alma que lleva el diablo. Pero, en vez de ir para su casa, tuvo necesidad de recurrir a un consejero más 'elevado': el cura del pueblo. "Tenía que decirle que creía que me había quedado embarazada", soltaba entre risas y sentimiento de apuro. La presentadora tenía 'claros' indicios de que podía estarlo porque y muy seria y preocupada le dijo: "Es que se han acercado mucho. Demasiado". ¿Qué cara tuvo que poner el párroco? Solo esperamos que fuera lo suficientemente acogedor y afable con Toñi, que seguro que tardó un rato en recuperarse del disgusto.