¡Ya está bien! ¡Así no se puede continuar! Menos mal que alguien se ha atrevido a decirlo porque nosotros estamos de los nervios. Reconocemos que nadie sabe cebar mejor los temas que Sálvame. Son los reyes de la televisión. Nos dejan con la miel en los labios para que nos quedemos pegados a la pantalla, ¡y vaya si lo consiguen! Pero llega un momento que tanto alargar, tanto alargar, termina por cansar a los espectadores. Y ahora sabemos que también a los propios colaboradores...
Desde la semana pasada, hay un tema crucial en el programa que todavía no ha encontrado solución. La bomba la soltó, como no, Kiko Hernández. El colaborador afirmó tener pruebas de que uno de sus compañeros se dedicaba a burlarse en privado de la orientación sexual de Chelo García-Cortés, mientras, en público, le hacía la pelota. ¡Menuda se armó! Pero para no pecar de chivato, Hernández dio de plazo hasta el próximo jueves para que el implicado o la implicada diese un paso adelante y reconociese el gesto.
¿Y qué sabemos hasta ahora? ¡Casi nada! Ninguno de los colaboradores habituales ha querido reconocerlo y Kiko Hernández sigue sin contar más detalles. Y, claro, Mila, que acaba de llegar tras su operación, ha explotado. “¡Qué lo diga ya!”, gritaba a la dirección, harta de tanta espera. ¡'Toda la razón del mundo! ¿Cómo vamos a esperar más días sin conocer la identidad de esta persona? La colaboradora reconocía que no se enteraba de nada y tachaba al bloque entero de ser una... Bueno, algo no muy agradable que igual no sentó demasiado bien a la cúpula.
Nosotros, desde aquí, nos ponemos de su parte. Queremos saber y queremos que sea ya. ¡No nos quedan uñas de tanto mordérnoslas! Ojalá se apiaden pronto y nos desvelen el misterio. ¿Qué les costará?