María Patiño siempre se ha caracterizado por ser una mujer fuerte. Una profesional que adora su trabajo pero, también, alguien tremendamente familiar y sentimental. Uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando tuvo que hacer verdaderos malabarismos, tuvo lugar nada más haberse convertido en madre. Entonces era autónoma y su situación laboral era muy diferente a la actual…

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Antes de estar en los platós, fue reportera

María, entrenada en mil eventos, un millón de guardias y decenas de carreras tras el personaje de turno, siempre ha defendido con uñas y dientes a su profesión, en especial los reporteros de asfalto, ya que ella se curtió en de este modo. Este trabajo le obligaba a ser autónoma y, prácticamente, a estar disponible 24 horas, 7 días a la semana.

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Sin baja

Incluso cuando dio a luz a su único hijo, no pudo tener baja. Ella se debía a su trabajo, y trabajo que no hacía, día que no cobraba. Por eso, prácticamente recién parida tuvo que estar con el micrófono preparado. 

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Al pie del cañón

“Nunca lo he contado”, dijo en un arrebato de sinceridad el pasado sábado en el Deluxe’. “Solo pude cogerme tres días de baja maternal. Salí del hospital y me fui a cubrir un acto”.

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Autosuficiente

“Yo no quería depender de mis padres y me fui a la calle a trabajar”, reveló de manera confidente a sus compañeros, audiencia e invitados, que, esa noche, eran Alaska y Mario. 

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A propósito de autónomos...

Este recuerdo para María tan duro, le vino a la memoria cuando el matrimonio reveló por qué no tenían problemas con el fisco. “No tenemos problemas con Hacienda porque no tenemos sociedades, somos autónomos y pagamos religiosamente”.

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