Esta misma semana comienza el rodaje de la segunda temporada de 'Vive Cantando', un íitulo que a grito de guerra vitalista no le gana nadie y que a María Castro le viene que ni al pelo “será porque lo tengo naranja”, dice entre risas. Vuelve a dar vida a Trini, un personaje bombón al estilo de Irma la Dulce con todos los ingredientes necesarios como para colmar audiencias millonarias.

El momento profesional que vive esta actriz gallega es dulce, dulcísimo. Se le agolpan los proyectos fuera y dentro de nuestro país y los coge todos porque es “ahorradiña”, sin embargo, confiesa que es en esta serie donde más a gusto se encuentra. O que quizás es que en todas lo ha estado y disfruta al máximo el presente. No cree en los fracasos ni en los infortunios, prefiere mirar hacia adelante como Trini, su personaje, pase lo que pase, siendo siempre positiva. “Es mucho mejor poner una sonrisa. Yo no soy de las que se amargan”.

¿Ya has echado un ojo al guión? ¿Qué va a pasar con Trini ahora?

Va a ser muy especial. Muy sorpresivo. A mi no se me habría ocurrido nunca jamás lo que le va a pasar a Trini y que va a marcar no sólo toda la temporada sino también a todos los personajes del barrio.

Creo que se incorporan nuevos personajes masculinos y que Trini volverá a lidiar con triángulos amorosos, ¿no?

(risas) La pasión la siente por Juanjo (José Luis García-Pérez), lo que pasa es que es un amor imposible y ya sabes también lo que pasa con el amor, que hay momentos que no fluye, pero se desliza por otros caminos. Pero Juanjo es mucho Juanjo. Jota, como lo llama ella.

Y tendrá un apoyo importante en esa relación también que es Charo (Kivi Manver), la madre de Juanjo.

Es que Charo es la Trini pero cuando sea mayor. A ella la encanta. En Charo encuentra un apoyo cuando antes nunca lo ha tenido pero porque Charo habría reaccionado de la misma manera. Es muy locuela como lo soy yo. Le habría encantado hacer lo que hace Trini, cantar aún sin tener mucho éxito, pero su vida se fue por otros derroteros. Se convirtió en peluquera de las estrellas, pero como a Trini le encantan los micrófonos y a la primera, salir al escenario. De hecho, cantaremos juntas. Charo es la amiga madre que no tenía y que ahora va a encontrar precisamente en la madre de su novio.

¿Cómo es trabajar con Kivi?

Ella es maravillosa.

Te pone por las nubes, que se había fijado en ti ya en la tele…

Eso es porque tengo la cabeza naranja (risas)  Trabajar con Kivi es un honor. Cuando te traen a trabajar contigo a una persona que es una señora sobre las tablas y una actriz como la copa de un pino, cómo no voy a estar feliz. Todo lo que intento hacer es aprender. Cada vez que abre la boca, estoy pendiente a ver cómo lo ha hecho, cómo se defiende ante una escena… Rodearte de actores así es un lujo. Para mí son estrellas. Cuando yo era pequeña ya los veía en la tele y decía: algún día seré como ellos y resulta que ahora trabajo a su lado. Eso es un honor, una escuela, un orgullo constante.

Kiki encarna el papel que iba a ser para Concha Velasco. ¿Cómo vivisteis el que tuviera que abandonar la serie?

Con tristeza. No porque no venga, que me encantaría trabajar con ella y ya habrá otra oportunidad, porque habría aprendido un montón, tristeza por ella. Lástima por lo que tiene que luchar por delante, que estoy segura que no la va a frenar nada, pero sí que de alguna manera tiene que parar y una cosa así siempre es un jarro de agua fría.

Recuerdo que cuando se supo que iba a entrar en la serie estaba ilusionadísima…

Es que era muy fan. En un par de eventos que coincidimos me lo decía. Le encanta la serie. Recuerdo que me contó la trama de todos los personajes y cómo los veía ella. Muy divertido.

¿Has podido hablar con Concha?

Con su hijo. Y le deseo todo lo mejor. Estoy segura que esto lo vence, que Concha es como un miura.

¿Tú como afrontas esta segunda temporada?

Yo estoy encantada. Feliz. Venir a trabajar es un regalo, aunque tenga que madrugar un montón y eso no me guste mucho.

La segunda temporada es como la reválida.

Sí, y tendrá elementos nuevos para asentarla más.

¿Es éste el momento más dulce de tu carrera?

Pues igual sí. Cuando me meto en un proyecto me apasiono mucho con las cosas. Ahora digo que éste es el mejor momento, pero seguro que el mejor momento lo fue siempre y que vendrán otros mejores momentos. Pero sí que es cierto que 'Vive cantando' es una serie muy especial para mí. Nunca había sido la protagonista de una serie también… Con lo que eso conlleva, mucho más trabajo sí, pero también puedes experimentar más como actriz. Con Trini eso es fácil porque canta, baila, llora, ríe, es una gansa, le sale la ira… Es un personaje con mucho colorido que te puede ayudar a aprender. Cada día con ella es un día nuevo.

Recuerdo que en la temporada pasada coincidías a la misma hora en dos series distintas en dos canales distintos. ¿Cómo viviste eso?

Lo llevé. Qué le iba  hacer. No era elección mía, porque a una no le gusta que un hijo compita contra otro porque los quiere a los dos por igual. Y también era duro porque me gustaría que la gente pudiera elegir verme y verme en otro momento, que no tener que elegir por en dónde verme. Además que se enfrente dos series nacionales cuando hay tantos días en la semana… ¿Para qué competir nosotros contra nosotros? Pero es la lucha de las cadenas, la cadena decide cual es el mejor momento para ella emitir y sacar un producto y es así…

¿Te dio pena el final de 'Tierra de Lobos'?

Es que yo creo que aquel no era el final. De hecho, pensaban que seguiríamos, pero como se tardó tanto tiempo en emitir, de alguna manera, se acabó la serie ahí. Y sí, faltan cosas por cerrar. Para mí no fue el final, era un impass de fin de temporada, pero no de serie.

Acabaste también hace muy poquito tu obra de teatro.

'Una semana nada más' y muy contenta porque lo que iban a ser tres meses de verano, fue un año entero. Me encantó la experiencia. Comedia sobre las tablas que nunca la había hecho y muy enriquecedor. Es que con el teatro te pasa eso. Cuando terminas una obra te quedas como contenta pero te da nostalgia también porque aparte de lo que has aprendido como actriz te pasan cosas en la vida durante las funciones que también te hacen crecer como persona. No sé si me explico.

Inténtalo...

(risas) Que entras un día como María Castro haciendo un personaje y un año después lo dejas y ya no eres la misma, que has crecido a nivel profesional y personal.

¿Qué mas proyectos tienes?

Tengo una TVmovie en septiembre sobre el Códice Calixtino que rodamos en Galicia, tengo por estrenar una peli de animación, 'Meñique', es que es cuento de Pulgarcito, una coproducción hispanocubana en la que hago de princesa muy remilgada… Y de casa a septiembre también tengo dos obras teatrales que tengo que ver cómo las encajo con una peli…

¿Vacaciones nada entonces?

Galicia en fines de semana.

Es que lo quieres abarcar todo. ¡Qué acaparadora!

(risas) Si que lo soy, sí, pero para cuando no tenga, que soy ahorroradiña gallega (risas). Tengo que coger todas las cosas para las épocas de vacas flacas. Y porque soy muy inquieta. Ahora porque estoy hablando contigo, pero si no tuviera nada que hacer, estaría haciendo galletas, o ropita de bebé, que estoy deseando que mis amigas tengan niños para coserles ropitas…

Porque para los amores eres como Trini, ¿de idas y vueltas con el mismo amor?

A todos, a estas edades, esas cosas no han pasado. Cuando tienes 15 o 16 quizás no, pero cuando superas los treinta, por supuesto. Pero de todo se aprende. Es muy duro a veces, que la vida te enseña de manera dulce pero casi siempre a bofetadas, pero yo soy muy positiva, y si la cosa no funciona pienso que es que hay otra mucho mejor por llegar o que esa persona no era la que tenía que ser.

Eres de mirar al mal tiempo con buena cara.

Sí, no soy muy amargada, no, pero porque me tengo que levantar igual cada mañana. De todas maneras, mi vida ha sido bastante dulce. He tenido golpes pero no me ha tocado algo horrible. El día que me llegue me lo tendré que comer, pero si es verdad que me gusta mirar las cosas con una sonrisa. Si no me dan un trabajo, otro vendrá mejor, que una persona me ha hecho una faena, ya no me la volverá  a hacer… Ver la parte positiva de las cosas.

¿Eso es tuyo o lo has aprendido de Trini?

Es mío. De siempre. Se lo he dado yo a ella, fíjate. Yo vengo del mundo de la gimnasia rítmica donde el premio no siempre se lo lleva quien se lo tiene que llevar. Son muchas horas de entrenamiento y en un minuto te lo juegas todo. Un movimiento mal hecho te puede hacer pasar de la primera a la última posición. La gimnasia rítmica no es cosa de niñas, es un deporte de mujeres adultas con cuerpo de niñas que te enseña a saber perder y a estar contenta con lo que una hace independientemente de lo injusto que sea el mundo contigo. Yo aprendí a crecerme con las adversidades. A hacerme más grande.

¿Y tu personaje a ti?

Me intenta dar pero yo no la tengo mucho en cuenta (risas) Que Trini no juzga. Yo tampoco, pero a mi misma sí. Trini, en cambio, no. Siempre tira para adelante para adelante. Eso tendríamos que aplicarnos todos un poco más.

¿Qué te gustaría hacer, María?

Un musical. Aunque sea de nube en una esquina o de un árbol, pero un musical. Por eso sigo formándome musicalmente, no quiero meter la cabeza o que me den un personaje por ser María Castro, que no quiero quitar trabajo a nadie, quiero que me lo ofrezcan por meritos propios, porque encaje en el perfil del personaje. Y para eso toca formarse, que yo canto y no desafino…Aunque con la cucaracha ya sería difícil (risas), pero quiero cantar con seguridad.