Después de estar apartada de los platós los dos últimos años, María Jiménez reapareció en público el pasado sábado. La cantante decidió sentarse junto a Toñi Moreno en su nuevo programa ‘Viva la vida’.

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La sevillana confirmó estar totalmente recuperada del cáncer de mama que le fue detectado hace ya cinco años y al que se debe su impactante cambio físico: “Estoy muy gorda, peso 83 kilos. Me he puesto 30 encima».

Muy emocionada, la artista ha logrado superar el que ha sido su peor momento personal: “Me operaron de un cáncer de mama, luego de la garganta, luego me rompí el peroné, dejé de fumar y me entró mucha hambre. He pasado un tiempo pachuchilla, pero ya estoy mejor”.

Sin perder el humor que la caracteriza, María reconoció haber pasado ya lo peor: “No soy una mujer muy depresiva. He salido de todo”.

Pero sin duda el peor momento durante todo este tiempo fue cuando le tuvo que confesar a su hijo su enfermedad. Fue entonces cuando en pleno directo no puedo reprimir las lágrimas y se rompió al contarlo: “Mi hijo, se lo dije a bacajarro, porque sino me derrumbo yo sola. Me enteré de que tenía cáncer y a los tres días le tuve que dar la noticia de que su padre había muerto”.

De quien tampoco se olvidó durante su intervención fue del padre de su hijo, el desaparecido Pepe Sancho: “Muerto el perro se acabó la rabia”.