Fue en un viaje a Nueva York cuando Yolanda empezó a sospechar. Angie no compraba ropa para su marido, Alfonso Arús, sino que buscaba prendas de otro estilo, de otra talla incluso. Ropa que después lucía su entrenador personal. Meses después, esta mujer, que había trabajado en casa de Arús, lo confirmaba: Arús ya no vivía en casa.
Muchos en la localidad costera de Sitges (Barcelona) les habían descubierto mirando un amanecer, abrazados en una cala, incluso tomando algo. Y no daban crédito: Angie Cárdenas y su entrenador, Ricky Castaño, mantenían una relación mientras ella aparecía en el programa ‘Arucitys’, de 8tv, junto a su marido, como siempre hacían desde hacía doce años: con un estilo personal y peculiar, destilando ante las cámaras la misma camaradería que -se suponía- tenían en casa. Como si nada. No es extraño, pues, que cundiera el pánico cuando Angie y Ricky pensaron que alguien les había grabado.
El artículo de @silviataules, completo y con fotos exclusivas de Alfredo Garófano, en la revista Lecturas.