Era la gran protagonista, la más esperada. Arantxa volvía a la vida social después de meses de ‘reclusión’, centrada en sus disputas familiares, y quien conseguía devolverla ante las cámaras era su íntimo amigo Alberto Cerdán. El peluquero y estilista celebraba por todo lo alto sus 40 años de profesión en la Academia L’Oréal de Barcelona, rodeado de algunas de las famosas que incondicionalmente pasan por sus manos.
Pero, a pesar de las expectativas puestas en su reaparición, una Arantxa asustadiza ante las cámaras, se refugió tras Alberto para evitar hasta la más inocente de las preguntas. Por supuesto, nada de aclarar cómo ha quedado el pacto con sus padres para evitar ir a juicio por recuperar el usufructo de dos de sus pisos. Sobre lo único que se pronunció fue sobre los rumores que apuntan que va a establecer su residencia en Miami: “Estoy aquí, ¿verdad? Pues ya está. Eso es lo que cuenta”. Y desapareció entre la gente que llenaba la fiesta, entre quienes estaban también Rosa Benito, Mónica Pont, Cayetana Guillén Cuervo, Gisela, Alexandra Jiménez, Carla Hidalgo –embarazada-, Elsa Anka, Kira Miró y Olivia de Borbón.
Rosa Benito, radiante y rejuvenecida después de haber perdido más de 20 kilos, salió en defensa de Ortega Cano, que esta semana ha tenido que enfrentarse a la justicia por la demanda planteada contra él por una mujer que se cayó durante una visita a ‘Yerbabuena’. “Ortega ese día no estaba en la finca, estaba fuera de Sevilla. Se habla de que mi cuñada, cuando la mujer se cayó, se dijo que la sacaran a la calle y no es cierto, no hay calle, es campo. En el salón de los toreros hay dos alturas pero está todo reglamentado y la señora no vio dos escalones que había. Eso fue hace dos años y pone ahora la denuncia…”, aseguró la expeluquera de Rocío Jurado, echando un capote a su cuñado a pesar de no haber acudido al bautizo del hijo que ha tenido con Ana María Aldón.