Kiko Rivera, sus frentes abiertos: desde su madre, Isabel Pantoja, y su tío Agustín, a la polémica de la Comunión

Cada vez que Kiko Rivera se sienta para conceder una entrevista tiembla el país entero. El hijo de Isabel Pantoja rompía su silencio en exclusiva para 'Lecturas' y desvelaba la verdad acerca de Cantora, de su madre y de la herencia de su padre. Unas palabras demoledoras que le contaba a Mila Ximénez en el que ha sido, sin duda, uno de los bombazos más sonados de los últimos meses. Ahora, tras una etapa en la que Kiko ha intentado recomponerse, el DJ vuelve a dar un paso al frente. Lo hará este viernes en televisión respondiendo a todo aquello que le rodea. Desde la situación con su madre, al enfrentamiento judicial con su tío Agustín y, claro, la polémica que ha rodeado la reciente comunión de su hijo mayor.

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Kiko Rivera no tiene miedo a nada. Después de que cortase relación con su madre al descubrir todo lo que le ha ido haciendo a lo largo de los años, el hijo de Isabel Pantoja es otro. Más sereno y maduro, Kiko ya no se calla. En los últimos días no solo ha ratificado la demanda a su tío Agustín, hecho que vuelve a situar a su madre en una posición muy incómoda, sino que ha tenido que salir al paso de las quejas de su prima Anabel acerca de su ausencia en la comunión de Francisco, el hijo que tiene con Jéssica Bueno. Una nueva ronda de conflictos a los que el DJ piensa hacer frente con la verdad por delante.

La polémica con la comunión

Lo que parecía que iba a ser un acercamiento entre Kiko Rivera y Jéssica Bueno ha terminado convertido en una agria polémica que ha empañado la felicidad del momento. El hijo de Isabel Pantoja, junto a su mujer y sus hijas, viajaba para asistir a la Primera comunión de su hijo Francisco. Allí le esperaban su expareja, Jéssica Bueno, su actual marido y parte de la familia materna del pequeño. Ni rastro, eso sí, de los Pantoja. Algo que molestaba mucho a Anabel ya que pensaba que iba a ser la madrina del niño.

Las lágrimas de la colaboradora de 'Sálvame' y el consuelo telefónico que quiso ofrecerle Kiko hicieron que Jéssica Bueno estallase a través de sus redes sociales. Enfadada y molesta, se arrepentía que que el show mediático hubiese arruinado un día tan especial para su hijo. ¿Cómo se lo ha tomado Kiko? El hijo de Isabel Pantoja deberá aclarar qué ocurrió y cómo está ahora mismo su relación con su ex.

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Sin relación con su madre

La guerra entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja continúa en todo lo alto. La tonadillera no ha dado su brazo a torcer y pese a las palabras que ha ido dedicándole su hijo, prefiere mantenerse alejada de todo. Tan solo ha levantado el teléfono, tal y como narraba el propio Kiko, para hablar con sus nietas. ¿Hay algún signo de acercamiento de posturas? No parece que vaya a ocurrir, tal y como le explicaba el DJ a Jorge Javier en su última entrevista en exclusiva para 'Lecturas'. “Prefiero morirme sin abrazar a mi madre”, aseguraba en esta publicación.

Enfrentado con su tío Agustín

Kiko Rivera ha dado el paso. Tras haberse despachado contra su tío Agustín en diversas entrevistas, el hijo de Isabel Pantoja ha cumplido su promesa y le ha demandado judicialmente. “Estafa, apropiación indebida y alguna cosa más”, nos confesaba Kiko en exclusiva para 'Lecturas'. El pasado día 10 fue cuando Rivera se personó en el juzgado para ratificar dicha demanda contra el hermano de su madre. Un hecho que deja a Isabel Pantoja en una postura complicada entre su hermano o su propio hijo.

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¿Enfadado con su hermana y su prima?

Pese a que el entendimiento entre Kiko Rivera e Isa Pantoja estaba mejor que nunca, el DJ dejaba entrever que no tenía una relación tan fluida en los últimos tiempos. Algo completamente comprensible pues Kiko ha estado pasando una época complicada tratando de reencontrarse y volver a ser el que era. Su hermana Isa, siempre a su lado, solo ha tenido palabras de cariño hacia él. Una distancia que era más pronunciada en el caso de Anabel Pantoja pero que parece que también está salvada. Kiko entraba por teléfono en 'Sálvame' para consolarla tras no haber podido acudir a la comunión de su hijo mayor.