Isabel Pantoja embiste a un paparazzi y es escoltada por la Guardia Civil

La tonadillera se encontraba acompañada de su nuera, Irene Rosales, y habría intentado defenderse con un carrito de la compra de la presencia de fotógrafos

Isabel Pantoja

Homenajeando a Alaska y los Pegamoides, y según el programa 'Ya es mediodía', lo que ha vivido recientemente Isabel Pantoja ha sido un auténtico 'horror' en el centro comercial. Tal como ha informado el espacio presentado por Sonsoles Ónega, la tonadillera se encontraba comprando en unos grandes almacenes de Sevilla acompañada de su nuera Irene Rosales, cuando se dio cuenta de la presencia de paparazzis.

A la intérprete de 'Marinero de luces' no le gustó ni un pelo la posibilidad de que estuvieran tomando imágenes suyas. Fue tanto su disgusto que acabó perdiendo los nervios y habría ido directa con su carrito a embestir a uno de ellos. Simultáneamente, Isabel, que es multitarea y no se anda con rodeos cuando no quiere interaccionar con los medios, habría hecho todos los esfuerzos posibles por arrinconar y mantener a raya al otro compañero. La idea de la cantante era retenerles hasta que llegara el equipo de seguridad del establecimiento para que la ayudaran. “De aquí no te vas hasta que venga seguridad”, habrían sido las palabras pronunciadas por la Pantoja.

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Mientras tanto la esposa de su hijo habría intentado mediar y poner paz entre ambas partes, aunque sin fortuna. Tal como explicaban en el programa de Telecinco, la artista, superada por la situación y protagonista absoluta de la función, habría padecido un pequeño ataque de ansiedad al grito de: “Siete años aguantando, siete años amargada en un infierno, la prensa me tiene machacada”.

Según algunos testimonios que presenciaron toda la acción, ni siquiera las lágrimas de Irene Rosales con la llegada de la seguridad del centro y la decisión de estos de recurrir a la Guardia Civil, lograron hacer sombra al patetismo de la situación que habría generado su suegra ante la presencia de paparazzis. Y es que, tal como habrían presenciado los clientes del establecimiento, Irene parecía realmente preocupada por cómo se estaban desarrollando las cosas.

Finalmente, la Guardia Civil ponía orden entre la tonadillera y los fotógrafos. Separados en diferentes estancias, cada uno de los involucrados explicó su versión para que los agentes pudieran hacerse una idea precisa de lo que había ocurrido. La controversia acabó cuando se cumplieron los deseos de Isabel Pantoja. Es decir, los paparazzis borraron el material que habían registrado de su jornada de compras. Cabe decir que Isabel estaba en todo su derecho de reclamar que no se tomaran imágenes de ella, por encontrarse en un recinto en el que no se puede ejercer esa actividad sin permiso.

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