Poco podían imaginarse los creadores y miembros del grupo en Facebook “Observatorio malagueño de la ensaladilla rusa y el gazpachuelo” que un día serían noticia y no en un medio dedicado a la gastronomía. Según ha puesto de manifiesto Marta Riesco, de ‘El programa del verano’, María José Campanario, miembro de este grupo culinario, tuvo un enfrentamiento con otro miembro tan solo 48 horas antes de ingresar en la clínica psiquiátrica en la que ha estado 45 días.

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María Jose Campanario

Según ha desvelado la periodista, después de que se hayan puesto en contacto con ella algunos miembros del grupo, María José entró a formar parte de este hace un año y por recomendación de otro compañero de profesión que le habló de las quedadas y el buen ambiente que se respiraba entre los componentes. Hablamos de un grupo cerrado, por lo que se necesita la aprobación del administrador para acceder, que ahora mismo está conformado por más de 8.600 usuarios. Cuando accedió a él Campanario, enseguida hizo buenas migas con sus componentes y hasta se animó a participar en las reuniones ‘en la vida real’. A una, incluso, hasta llevó a su marido, Jesulín de Ubrique para que este conociera a estas nuevas amistades surgidas en el entorno online.

Todo parecía ir como la seda hasta que lo que ocurrió el 3 de julio cambió la relación de María José con sus amigos cibernéticos. Al parecer, tal y como detalla Riesco, un miembro colgó una foto en tono de broma que no hizo ninguna gracia a María José. Esto ocurría a tan solo 48 horas antes del ingreso de la odontóloga en la clínica El Seranil. Empezó así una discusión en un tono muy elevado en la que Campario ‘advirtió’ con denunciar “de manera penal y civil” al usuario o hacer público en los medios lo ocurrido, “a las televisiones les encantan estas cosas”, le llegó a decir. Al no esperar una reacción tan desmesurada, los usuarios denunciaron el perfil de María José, que llegó a abrirse, supuestamente, hasta cinco distintos para continuar con la discusión, en la que ella sintió que estaban “insinuado que estoy loca”. La odontóloga recomendaba que se borrara la publicación puesto que, si no, el autor “lo iba a pasar muy mal”, “tú y tus plameros que también aparecerán en todos los sitios”, decía.