Ricky Rubio (34 años), conmueve sobre el fallecimiento de su madre: “Si no me llega a esperar, yo creo que no me lo perdono nunca”

Ricky Rubio ha concedido una profunda entrevista en 'Lo de Évole' en la que se ha sincerado sobre uno de sus instantes más duros de su vida, el fallecimiento de su madre

Ricky Rubio
La Sexta

Ricky Rubio (34 años) ha sido el gran protagonista de la última emisión de ‘Lo de Évole’. El jugador de baloncesto se ha sentado junto a Jordi Évole para conceder una entrevista de lo más espada. El deportista siempre ha sido uno de los más queridos por los seguidores del deporte en el que tantos éxitos ha cosechado. Y no solo lo ha sido por esos triunfos que ha obtenido en la cancha. Su forma de ser y su historia también le han valido ese cariño que él tanto agradece. Una historia de la que ha hablado como nunca en el programa.

Entre los episodios más destacados de la vida de Ricky Rubio, sin duda está el fallecimiento de su madre. El deportista estaba muy unido a ella, y hace unos años se tuvo que enfrentar a su gran pérdida. Un instante sobre el que se ha sincerado durante su conversación con Jordi Évole. El jugador de baloncesto ha estremecido al contar cómo vivió la enfermedad de una de las mujeres de su vida y cómo fue su despedida.

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Conmueve sobre el fallecimiento de su madre

Ricky Rubio se ha sincerado sobre lo duros que fueron los años desde que a su madre de detectaron cáncer y hasta que falleció. Algo que en gran parte él vivió a distancia porque se encontraba trabajando fuera de casa. ”Le detectan cáncer en el 2012 y está tres o cuatro años con tratamientos”, ha recordado. Especialmente, se ha remontado a la última etapa al comentar que “el último año, en la temporada 15-16, estoy muy jodido. Yo salía del coche y llamaba a mi madre”. Unas llamadas sobre las que ha confesado que “en el 2015 empiezan a ir las cosas muy mal y ella no quiere que lo vea, pero me colgaba porque tenía que vomitar”.

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Ya en 2016, Ricky Rubio vivió una de sus últimas visitas a su madre. El deportista tuvo oportunidad de viajar desde Estados Unidos hasta España y se reencontró con ella cuando ya faltaba poco para que la mujer falleciera. "La vi como nunca la había visto, delgada. Me acuerdo que estoy en el viaje de vuelta como 'no tengo que coger este vuelo'. Mi madre no iba a durar mucho, pero yo tenía que ir a jugar. ¿Y por qué? Yo vuelvo allí y los próximos meses no quiero estar allí”, ha recordado sobre este durísimo viaje que aprovechó en un descanso de la NBA.

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Poco después, Ricky tuvo oportunidad de volver a España. La temporada de baloncesto terminó en Estados Unidos y él no dudó en aprovechar el nuevo parón para viajar a casa y estar con ella el máximo tiempo posible. Un instante sobre el que en el programa de La Sexta ha dicho que “yo creo que mi madre me esperó. Llegué a finales de abril y estuve cuatro o cinco semanas con ella”. Entonces, sobre esos últimos días a su lado, ha puesto los pelos de punta al confesar que “si no me llega a esperar, yo creo que no me lo perdono nunca”.

Otro de sus peores momentos

Además del fallecimiento de su madre, Ricky Rubio ha hablado de otro momento complicado en su vida. El jugador de baloncesto se ha remontado al instante en el que decidió marcharse de la concentración de la Selección Española poco antes de disputar el Mundial del año 2023. Una despedida de un momento deportivo importante en el que ha reconocido que tuvo un pensamiento dificilísimo.

Ricky Rubio
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Con total sinceridad, Ricky Rubio ha expresado en ‘Lo de Évole' que en ese instante, lo que había en su cabeza era “solo un pensamiento muy difícil, y no quiero magnificarlo, pero una de las noches que estaba en el hotel dije 'no quiero seguir'. No solo con el baloncesto, sino con la vida. Tengo una familia, tengo un hijo, pero me sentí así por un segundo”.

Un momento de éxito laboral en el que mentalmente Ricky Rubio no estaba bien. "Hay un momento donde todo te pesa tanto. En el Mundial, cuando digo que paro, parece que me muero y que mi vida no tiene sentido”, ha dicho sobre un instante del que consiguió salir. Algo a lo que ha añadido una confesión sobre lo que suponía para él ganar o perder los partidos. "Recuerdo llorar por perder. Era una sensación que, para mí, ganar era que lo has hecho todo bien y perder que lo has hecho todo mal", ha comentado sobre esa magnitud de cada extremo que tan difícil resultaba de gestionar.