13 de abril de 2022, 06:30
El escándalo familiar de Naty Abascal
Pilar Eyre disecciona en Lecturas la pesadilla que está reviviendo estas semanas Naty Abascal con su hijo pequeño, Luis Medina, en el ojo del huracán tras ser imputado por las comisiones millonarias de las mascarillas
La alta sociedad se ha visto sacudida estas semanas por un nuevo escándalo. Luis Medina, marqués de Villalba, ha sido imputado en el caso de las comisiones millonarias cobradas en unos contratos de material sanitario de ínfima calidad en el peor momento de la pandemia. La fiscalía de Anticorrupción le acusa de tres delitos –estafa, blanqueo de capitales y falsedad en documento mercantil– y le ha embargado sus posesiones, como el yate que compró con el dinero obtenido de aquellas comisiones.
Con su hijo pequeño en el ojo del huracán, Naty Abascal revive así una de sus peores pesadillas. A través de la crónica vibrante de Pilar Eyre, buceamos en las luces de su matrimonio con el duque de Feria, pero también nos sumerge en el abismo de destrucción de Rafa Medina, "el Jeffrey Epstein español", que lo arrasó todo a su alrededor.
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La naturaleza del monstruo
Naty Abascal se separó en 1988 del duque de Feria, cinco años antes de que el escándalo saltara a las cabeceras de todos los medios. Un hombre "educado, tímido, tristón", cuenta Pilar Eyre que fue su primera impresión cuando le conoció una noche fría en Sevilla, que se descubrió como un auténtico "monstruo". "Fue el Weinstein, el Jeffrey Epstein y el Jimmy Savile español", escribe en su blog de Lecturas este miércoles. Rafael Medina, que arrastraba problemas mentales desde la infancia y adicciones, cumplió cinco años en prisión tras ser juzgado por tráfico de drogas, corrupción de menores y el rapto de una niña de cinco años.
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El episodio más brutal
El padre de Luis Medina, Rafael Medina, estuvo en prisión de 1993 a 1998. Se suicidó en el año 2001 a los 58 años. "Ya mayor de edad, Luis se mudó a vivir con su padre. Un día se lo encontró en la bañera con las venas cortadas y lo llevó en brazos al hospital”, Pilar Eyre narra el pasaje más brutal de la biografía del marqués de Villalba.
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Unida a sus hijos
Naty Abascal, escoltada por sus dos hijos. A la izquierda, Luis Medina, de 41 años. A la derecha, Rafael, de 43, quien ha heredado el título de duque de Feria de su padre. Los dos eran niños cuando saltó el escándalo de su padre. “Rafael es un enfermo, así prefiero considerarlo”, hablaba Naty de su marido.
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En el ojo del huracán
Luis Medina está siendo investigado por haber cobrado presuntamente un millón de euros de comisiones en unos contratos de material sanitario durante la pandemia. En la imagen, el duque de Villalba, después de conocerse la noticia de su imputación y de que le habían sido embargados algunos de sus bienes. Su incómoda situación legal ha hecho que su madre, Naty Abascal, reviva su peor pesadilla.
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