Cualquier operación estética conlleva implícito un riesgo. Salir del quirófano y no reconocernos delante del espejo es algo mucho más común de lo que imaginamos, y el número de cirugías por arrepentimiento es mucho más elevado de lo que podríamos imaginarnos.

Y ya no sólo no encontrarnos con otra persona delante del cristal hace que nos hundamos y deseemos tener una máquina del tiempo que deshaga nuestro error quirúrgico, sino también las críticas por parte de nuestro entorno y el qué dirán, suele convertirse en un problema para aquellas que deciden someterse al bisturí.

Siendo famosa, la exposición a la opinión pública se multiplica enormemente. Y aunque muchas veces no hay marcha atrás, ellas han reconocido (y en algunos casos aprendido) de su error y dejado los quirófanos sólo para cosas realmente serias.

La última en sumarse a la lista de arrepentidas, ha sido la popular actriz que en los noventa encarnó a la maniática Mónica Green en Friends, Courteney Cox. La estadounidense, ha decidido declararle la guerra abierta al botox, después de haberlo usado en diferentes ocasiones.

"Hacerse mayor no es algo fácil de asimilar. Pero he aprendido la lección. El problema fue que yo estaba tratando de ganarle la partida al envejecimiento", declaraba la mítica actriz en un programa de televisión. “Hice cosas que lamento, y por suerte son cosas que se disuelven y desaparecen. Eso es bueno...”, dijo.

Ella, al menos en ese aspecto ha tenido suerte. Otras en cambio, han realizado cambios en su rostro que son irreversibles. Hacemos un repaso por algunas de las famosas que desearían no haber pisado el quirófano.