Tras el despliegue a consecuencia de la visita del Emir de Catar y su primera mujer, la reina Letizia ha vuelto a la normalidad en el que es su último acto público de la semana. Solo unas horas antes de la esperadísima llegada de don Juan Carlos a Sanxenxo (Pontevedra) tras dos años en Abu Dabi, la mujer de Felipe VI ha presidido la sesión de apertura de la Conferencia organizada por la Fundación Mujeres por África en la UNED con motivo de su décimo aniversario.

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Si este martes incorporaba un nuevo vestido a su vestidor, hoy ha rescatado uno de esos diseños que nunca pasan de moda. Una elección estilística con la que ha confirmado que el blanco se ha convertido en su color favorito de cara al verano. Se trata de un diseño crema sin mangas con falda plisada y corte midi, firmado por Pedro del Hierro que estrenó en marzo de 2019 durante su visita a Argentina y hoy le ha dado una nueva vida al combinarlo con los salones destalonados de ante camel firmado por Carolina Herrera y cartera de mano a juego, el ya emblemático mini Doma Insignia Satchel, elaborado en piel Mocán.

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La reina Letizia con vestido de Pedro del Hierro

Cordon Press

Tampoco ha habido sorpresas en cuanto a las joyas: pequeños pendientes en forma de cubo con diamante central cuyo origen es un misterio así como el anillo de Karen Hallam. A pesar de la ola de calor que ya afecta a la capital, doña Letizia ha preferido lucir su melena completamente suelta.

Con la llegada del buen tiempo, los vestidos blancos y crudos de corte midi vuelven a vivir su momento de gloria. Largos, cortos, de lino, algodón, con bordados... las opciones son infinitas y todas ellas igual de acertadas. La elegancia es evidente y, además, resaltan el bronceado de inmediato.