Kate Middleton (43 años) dejó preocupados hace unas semanas a todos los seguidores de la corona británica cuando se ausentó en Ascot. Y es que fue unos minutos antes del inicio de la segunda jornada del evento que reúne a la aristocracia británica en un hipódromo cuando se anunció que no acudiría. En ese momento saltaron las alarmas, pero lo cierto es que la princesa de Gales estaba bien y simplemente, como ya había dicho anteriormente, quiere cuidarse y elegir bien en qué cita estar presente.
De hecho, pocos días después la mujer de Guillermo reapareció en en el Jardín del Bienestar de la Real Sociedad de la Salud del hospital de Colchester para hacer un precioso regalo. Una aparición sorpresa en la que Kate donó 50 plantas de la Catherine's Rose, un tipo de rosa que lleva su propio nombre y que simboliza el apoyo a la Royal Marsden Cancer Charity.
Fue en aquella última cita en la que la duquesa de Cambridge contó por el momento en el que estaba con su enfermedad. "Asumes una actitud valiente y estoica durante el tratamiento, los tratamientos realizados, y luego piensas: 'Puedo seguir adelante, volver a la normalidad', pero en realidad, la fase posterior es realmente difícil", relató.
"Ya no estás necesariamente bajo el equipo clínico, pero no puedes desenvolverte con normalidad en casa como antes. Y creo que es muy valioso contar con alguien que te ayude a superar eso, que te muestre y te guíe durante esa fase posterior al tratamiento", añadió.
Ahora, casi una semana después, la mujer del príncipe Guillermo ha desempeñado un papel importante en la visita de Estado francesa al unirse a su marido para dar la bienvenida al presidente Emmmanuel Macron y a su mujer Brigitte al Reino Unido. Al abrirse las puertas del avión, el político ha bajado las escaleras seguido por la primera dama para primer ser recibido por Hélène Duchene, la embajadora. Después el matrimonio ha estrechado cariñosamente la mano de los príncipes de Gales y mientras conversaban también ha dado un beso a Kate desde el aire.

Kate Middleton y Guillermo reciben a los mandatarios franceses.
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Con un atuendo cuidadosamente diseñado que desde luego es un mensaje velado a sus invitados franceses, Kate ha lucido una pieza de la firma Christian Dior y un sombrero de Jess Collett. La chaqueta en color rosa palo es la 30 Montaigne Rose Des Vents Bar Jacket, una pieza de la colección 2024 que fue customizada por Maria Grazia Chiuri, quien se inspiró en la original, creada en 1947 por el propio diseñador. Además, la mujer de Guillermo ha completado el look con unos pendientes que pertenecían a Diana, princesa de Gales, y el collar de perlas era de la colección de la difunta reina Isabel.
También han estado presentes en la alfombra roja de la RAF Northolt para recibir a los Macron miembros del Escuadrón de la Bandera del Rey de la Real Fuerza Aérea. Entre los presentes en la bienvenida se encontraban Sir Kenneth Olisa, Lord teniente del Gran Londres; el Comisionado de la Policía Metropolitana, Sir Mark Rowley; y el comandante de la Estación de la RAF Northolt, Jonathan Hough.

Carlos y Camila en la recepción de los Macron.
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El rey Carlos III y la reina Camila han saludado formalmente a sus invitados subidos en una tarima real construida en Datchet Road, en el centro de Windsor, con el castillo de fondo y cañonazos que anunciaban el momento. Eso sí, ha llamado la atención la mancha roja que tenía el monarca en su ojo derecho, una rotura de un vaso sanguíneo que habría sufrido durante la noche y que según cuentan los medios británicos no estaría relacionada con ninguna otra de sus afecciones.
Camilla ha llevado un brillante vestido de gasa verde de Anna Valentine y un sombrero de Philip Treacy. Y para completa el look ha lucido también a juego con el color de su traje un broche de esmeraldas y diamantes que perteneció a su difunta suegra.
Mientras charlaban, Emmanuel Macron posó la mano en la espalda del Carlos y además le dio unas palmadas cariñosas. Por su parte, Brigitte, que ha vuelto a tener un desaire con su marido al bajar del avión, ha saludado a la reina con "la bise", el saludo francés tradicional que consiste en un doble beso al aire en la mejilla. Toda la comitiva real y sus invitados permanecieron en silencio durante el himno nacional francés y minutos más tarde el matrimonio ha charlado con el padre de Guillermo y su mujer mientras la Caballería Real salía y llegaban los carruajes descapotables.