Como el resto de los mortales Isabel II aprovecha sus vacaciones de verano para desconectar y para darse algún capricho que durante el curso no se suele dar. Su verano en el castillo de Balmoral está repleto de tradiciones. Costumbres que van más allá de la visita de sus nietos Guillermo y Harry o de sus paseos junto a su marido el duque de Edimburgo.

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Dolores Fernández Ochoa

Una de ellas es la de pedir comida rápida. Sí, Isabel II también se salta la dieta en verano. La reina viaja a su residencia vacacional junto a su equipo de cocineros. Ellos se encargan de prepararle los platos que más le gustan y de que no le falte de nada. Pero hay días de los que pasa en Balmoral en los que la reina prefiere pedir fast food, uno de sus caprichos veraniegos.

Su comida rápida preferida es el fish and chips, la comida rápida británica por excelencia. Cada año la reina pide a alguno de sus trabajadores que se acerque a un local ubicado cerca del castillo escocés en el que elaboran las patatas y el pescado que más le gustan y que se lo lleve para degustarlo en su casa.

Para Isabel II este es uno de los momentos más especiales del verano. Es una forma de sentir que sale de la rutina y disfrutar de uno de los placeres culinarios que más le gustan. Aunque muchos piensan que es una estrategia para acercar su imagen a los ciudadanos no es así, ya que es algo que lleva haciendo años sin que se supiera.

Entre tanto banquete y comidas de trabajo la monarca siempre encuentra hueco para disfrutar de sus elaboraciones preferidas. Entre ellas, además del fish and chips, se encuentran la tarta de galleta de chocolate o los cócteles.

La reina no es la única de la familia real británica a la que le gusta la comida rápida. Meghan Markle es fan de las patatas fritas y al príncipe Guillermo y Kate Middleton les apasionan las pizzas y la comida china.