Cuando todo parecía que le sonreía después de lograr el permiso de semilibertad con dos fines de semanas al mes, el coronavirus ha estropeado todos los planes de Iñaki Urdangarin. Las cárceles españolas han ido poniendo en marcha poco a poco medidas para evitar que el virus se extendiera entre los presos.

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Iñaki Urdangarin

Si hace apenas una semana Instituciones Penitenciarias prohibía la visita a los internos como medida de precaución, ahora el Ministerio de Interior estudia la posibilidad de que los presos que están disfrutando ya del tercer grado pasen todo el estado de alarma confinados en sus casas en lugar de regresar a la cárcel a dormid. Una medida que se basa en el artículo 100/2 del reglamento. Para llevarla a cabo, eso sí, se les pondrían pulseras telemáticas o llamadas aleatorias a los domicilios para confirmar que están allí.

Iñaki Urdangarin
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Una noticia que seguro que ha alegrado a muchos presos de todas las cárceles españolas, pero no a Iñaki Urdangarin. El marido de la infarta Cristina no se puede beneficiar de esta medida a pesar de que en los últimos meses ha visto cómo sus salidas al exterior aumentaban considerablemente. Primero fue su voluntariado en el Hogar Don Orinone y después llegaron los permisos que ha ido disfrutando, los cuales comenzaron en Navidad.

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Sin embargo, Iñaki Urdangarin todavía no ha obtenido el tercer grado penitenciario, requisito indispensable para poder beneficiarse de las nuevas medidas que está poniendo en marcha el Ministerio de Interior. Por el momento, el cuñado del rey Felipe VI está clasificado como preso de segundo grado. Esto significa que presenta un perfil bajo de peligrosidad social y quebrantamiento de condena, por lo que puede salir de manera irregular a realizar un programa concreto, en su caso un voluntariado, pero todavía no ha dado el siguiente paso. Para ello, tendrá que esperar, al menos, a cumplir la mitad de su pena de cinco años y 10 meses de prisión.