La Casa Real británica toma una decisión histórica ante las ausencias de Kate Middleton y del rey Carlos III

La prensa inglesa es tajante a la hora de hablar del "declive de los Windsor". La familia real británica está en el punto de mira. La baja médica de Carlos III (74 años) y Kate Middleton (42 años) ha hecho tambalear los cimientos del Palacio de Buckingham, una preocupación por el futuro de la Institución que lejos de aminorar va en aumento. 

En el olvido quedó la máxima de Isabel II que siempre decía: "Hay que ser vistos para ser creídos". Una escasez de transparencia que habría llevado a la Casa Real a llevar a cabo una serie de cambios históricos. Tal y como publica 'The Telegraph', su intención de ahora en adelante es "repartir las cargas". Pero, ¿qué quiere decir eso? Al parecer se estaría valorando que Camilla y Kate empiecen a presidir ceremonias de entregas de honores, algo reservado única y exclusivamente a miembros con sangre real.

Desde la institución son conscientes que Carlos III, enfermo de cáncer, tiene que delegar sus responsabilidades y, evidentemente, Camilla, a sus 76 años, no puede soportar todo el peso de la Corona. Un gran debate cuando no se ha cumplido ni siquiera el primer aniversario de su ascenso al trono. 

Con la salida del príncipe Harry como miembro activo de la familia Windsor en 2020, y las polémicas del príncipe Andrés que obligaron a Isabel II a retirarle de la primera línea. La lista se reduce al Carlos III, Guillermo, el príncipe Eduardo y la princesa Ana. De ahí que sea inevitable recurrir a Camilla, Kate e, incluso, Sofía de Edimburgo para dar un soplo de aire fresco a una Corona que vive sus horas más bajas. "No hay prisa por hacer cambios, pero tampoco pausa. El objetivo es evitar la imagen de trono de vacío", aseguran desde el citado medio. 

El príncipe Guillermo, foco de las críticas en ausencia de Carlos III

Cuando se anunció el paso atrás de Carlos III a consecuencia del cáncer se comunicó que tanto Camilla como Guillermo se harían cargo de sus compromisos oficiales. Sin embargo no ha sido del todo así... El príncipe heredero solo ha presidido cinco actos oficiales en el último mes, una cifra muy por debajo de lo esperado. Algo que ha generado una lluvia de críticas hacia el heredero. 

Al parecer, Guillermo sigue volcado en la recuperación de su mujer y, tal y como asegura la prensa británica, "cuenta con la bendición de su padre para seguir cuidando de su mujer". Una decisión con la que antepone su vida familiar a la Corona. Sin duda, un cambio único en el saber hacer de la familia real. Cabe recordar que Carlos solo tenía 3 años cuando su madre ascendió al trono, una infancia en la que, lamentablemente, nunca contó con la presencia de su madre. Ahora, parece que el nuevo rey o quiere que su familia pase por lo mismo.

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La maldición de los Windsor 

La baja médica de Kate Middleton y Carlos III ha removido (sin querer) la leyenda que cuenta que la familia Windsor arrastra una maldición. Fue la propia Isabel II quien lo llegó a verbalizar allá por 1992 cuando tuvo que hacer frente al incendio del Castillo de Windsor, y tuvo que ver como tres de sus hijos se divorciaban. La cosa no se quedaba ahí, Diana de Gales decidió contar su historia revelando detalles hasta ese momento desconocidos de la familia real. Una crisis institucional que marcó un antes y un después. 

Pues bien, 32 años después parece que los Windsor vuelven a enfrentarse a una nueva crisis en la corona, esta vez mucho mayor y empujada por la ausencia de dos de sus pilares fundamentales: Carlos III y Kate Middleton. La pregunta sobre el futuro de la institución está en la calle.