Carolina de Mónaco cumple 66 años volcada en su faceta como abuela y referente absoluta de la moda francesa

El Principado está de celebración. La princesa Carolina de Mónaco cumple 66 años en un momento muy tranquilo para la Casa Real y entre rumores de embarazo de su hija Carlota Casiraghi (36 años). Dicen que después de la tempestad llega la calma y eso parece que es lo que ha ocurrido con la primogénita de Rainiero y Grace Kelly, quien ha decidido dar un paso al lado en favor de Charlene, con quien parece que ha enterrado el hacha de guerra después de años de enfrentamientos.

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Las constantes ausencias de Charlene en los últimos años empujaron a Carolina de Mónaco a la primera línea ocupando un lugar protagonista dentro de la familia real. De hecho, son muchos los monegascos que la consideran la verdadera soberana del Principado (con permiso de su hermano), una posición simbólica que se ha ganado por su trabajo por y para la Corona.

Carolina de Mónaco, un icono de moda

Muchos dicen que Carolina de Mónaco ya nació para ser un icono de la moda. Digna heredera del estilo de su madre Grace Kelly, desde muy joven consiguió aunar la sofisticación de la moda royal con las últimas tendencias y hoy, a sus 66 años, lejos de reducir su inspiración en las mujeres de todo el mundo ha sido capaz de llegar a esas mujeres que pese al paso del tiempo siguen sintiéndose bellas y elegantes.

Fiel embajadora de la moda francesa, y en especial de Chanel por su amistad con Karl Lagerfeld, Carolina de Mónaco luce como nadie sus creaciones, prendas de alta costura que ha adaptado de forma sublime a los diferentes actos que ha presidido: desde el glamour del Baile de la Rosa a su presencia en la hípica, Chanel se ha convertido en un amuleto que la ha coronado como una de las royals más elegantes del mundo.

Carolina de Mónaco, abuela orgullosa

Al margen de su buen hacer en lo relativo a sus obligaciones con la Corona, es su faceta personal como madre y abuela lo que realmente le enorgullece. A pesar de la distancia que los separa: Andrea Casiraghi vive en Londres, Carlota en París y Pierre al sur de Francia, Carolina intenta pasar el máximo tiempo posible con sus hijos y sus ocho nietos.

Carolina de Mónaco con su nieto Raphael

A la princesa se le cae la baba con los más pequeños y no duda en mostrar su debilidad por ellos en algunos actos oficiales, incluso con sus sobrinos Jacques y Gabriella, por los que siente un cariño muy especial.