Al mal tiempo, buena cara, piensa Anita MatamorosY mucho más en vacaciones, cuando cada segundo cuenta y no vale malgastar un instante en estar enfadada… aunque una haya anunciado tomar acciones legales contra todos aquellos que pongan en duda su profesionalidad como ‘influencer’.
Ayer, La joven, que acaba de cumplir 18 años, se levantaba con la noticia de su despido por parte de su agencia de representación. Lo afirmaba El Español, que además, aseguraba que la hija de Kiko y Makoke no habría cumplido algunos contratos con marcas con las que realiza colaboraciones en redes sociales. Para ella, el cabreo fue mayúsculo. Matamoros decidía emplear esa red social que se ha convertido en su trabajo para hacer un comunicado y expresar su malestar. Tras aclarar que no ha sido despedida y que continúa con el mismo representante con el que empezó a trabajar hace ya dos años, también quiso poner de manifiesto que las acusaciones vertidas por el digital ponían perjudicar su carrera, por lo que no dudaba en emprender acciones legales.
Tenía un enfado supino, pero no iba a permitir que esto le arruinar el día ni, mucho menos, las vacaciones que está viviendo con su madre y su amiga, Luna Serrat, así que, tras el desencanto inicial se centró en eso que lleva tatuado en uno de sus brazos: en ser la hedonista de siempre. Salió a comer, la tarde la pasó en un ‘beach club’ de moda de Marbella, por la noche cenó en un bonito restaurante y, tras eso, fiesta hasta la madrugada de mano de DJ Nano, con el que se sacudió todas sus penas.