Gracias a su papel como protagonista en la serie ‘Los vigilantes de la playa’, Pamela Anderson (58 años) se dio a conocer y se convirtió en uno de los grandes iconos de los años 90. Pronto la fortuna de la actriz canadiense comenzó a crecer, hasta tal punto que en los años 2000 se compró un terreno en Malibú (valorado en 1,8 millones de dólares), sobre el que se construyó una mansión de lujo con más de 200 metros cuadrados, con varias plantas, tres habitaciones, tres cuartos de baño y una terraza con vistas panorámicas.
Sin embargo, la actriz necesitaba hacer un cambio en su vida y, a pesar de ser la casa donde ha criado a sus hijos y estar llena de lujos y comodidades, la estrella vendió su mansión de Malibú en marzo del 2021 por 15 millones de euros, regresó a su tierra natal Ladysmith, en la isla de Vancouver (Canadá), junto a Dan Hayhurst, que en ese momento todavía estaban casados, y se instalaron en el rancho que la abuela de Pamela tenía junto a la playa en busca de una vida más tranquila rodeada de naturaleza. De hecho, es la misma casa donde vivieron sus padres por primera vez después de casarse.
Pamela nos ha dado el privilegio de entrar en su nuevo hogar de la costa canadiense a través del documental ‘Pamela Anderson, una historia de amor’, que se estrenó en Netflix en el año 2023. En él, hemos podido ver que se trata de una casita blanca en medio del campo con una fachada y unos interiores propios de películas románticas, decorada con muy buen gusto y, aunque mantiene el estilo rural que su abuela le otorgó, la actriz ha sabido mimetizar muy bien lo nuevo con lo antiguo.