Aran Aznar, sobrina del expresidente José María Aznar –es hija de su hermana Elvira–, nos concede su entrevista más desgarradora tras salir de un infierno de vejaciones y malos tratos infligidos por su expareja durante tres años. Se abre en canal para relatar lo dura que ha sido su vida. Confiesa que fue violada por su padre biológico cuando tan solo tenía 3 años. A pesar de su espeluznante testimonio y su crítica situación económica, afirma que nunca pedirá ayuda a sus tíos, Ana Botella y José María. “Parte de mi familia es multimillonaria y yo una sin techo”, afirma.

Acabas de salir de un infierno.
-Sí, llevaba tres años con un chico que me maltrataba psíquica y físicamente. He recibido muchas palizas. Una vez me rompió las costillas y me clavó una en el pulmón. Me provocó un neumotórax [colapso pulmonar]. Entonces, no me atreví a denunciar. Me amenazaba con matar a mis hijos.
Volviste con él.
-A los meses. Me decía que se iba a suicidar, me lloraba. Dejas de tener autoestima. Perdí mi libertad, me convertí en una esclava sexual. Me decía que yo estaba viva gracias a que él me lo permitía. Me encerraba en casa con llave, se llevaba mi móvil. No podía salir sola, no podía hablar con nadie.
Te volvió a maltratar.
-Sí, en febrero. Tengo mucha suerte de estar viva. Me pegó una paliza que casi me mata, me rompió una costilla, me lesionó la rodilla y me pateó. Cuando me iba a pisar la cabeza, llegó alguien y me salvó la vida, si no estaría muerta. No me atrevía a denunciar, pero lo hice porque me sentí muy apoyada por la policía. Lo tenemos que hacer por las mujeres que ya no están. De esto, se sale. No me siento víctima sino una superviviente.
¿Lo detuvieron?
-Sí, le pusieron una orden de alejamiento de 300 metros. Me he sentido muy apoyada, la Guardia Civil me protegió. Recibo ayuda de los asistentes sociales, los psicólogos me ayudan a muerte. Estoy más fuerte que nunca.
¿Tu agresor está en la calle?
-Sí. Los testigos no se atrevieron a declarar y él no tenía antecedentes penales, lo absolvieron. Él dijo que estábamos borrachos y que yo me caí.
¿Tu tíote ha ayudado en algo?
-Nada.
¿Cómo te sientes cuando el PP pacta con Vox, un partido que está en contra del pacto de estado contra la violencia de género?
-Indignada y asqueada. Hay más de 1.000 mujeres muertas y muchas otras deben de estar encerradas, bajo palizas.
Cuando conociste al chico que has denunciado, ¿cuál era tu situación?
-Acababa de salir de un momento horrible. Al volver de ‘Supervivientes’, dejé mi relación con una pareja con la que llevaba diez años y caí en una depresión. No podía afrontar que no estábamos juntos, y eso me llevó a consumir cocaína y alcohol. Mi hija mediana, que tenía 16 años entonces, fue la que se dio cuenta. Una noche me dijo que tenía la nariz blanca. Pasé muchísima vergüenza, sentí que la había defraudado. Mi madre me llevó a un centro y estuve ingresada tres meses. El psiquiatra me puso un tratamiento, aún tomo pastillas. Había días en los que ni me levantaba de la cama, solo lloraba. De ese problema estoy totalmente recuperada.
¿Cuánto duró esta adicción?
-Unos diez meses sin parar. Económicamente, me afectó mucho, me desahuciaron. He llegado a estar días sin comer y a pasar hambre. He dormido en cajeros automáticos, en coches abandonados. Llevo mi vida en una mochila, tengo tres bragas de los chinos.
Parte de tu familia es multimillonaria.
-Y yo soy una sin techo.
¿Sabían que te iban a desahuciar?
-Sí, y nunca hicieron nada.
¿Ni siquiera a través de tu madre?
-No, el único que ha ayudado a mi madre ha sido su hermano mayor.
¿Tu abuela sabe que has pasado por todo esto?
-No, porque habría sufrido muchísimo.
Te cambiaste el apellido y te pusiste el de tu madre, Aznar, de primero. ¿Por qué?
-Mi padre biológico me violó con tres años. Mis padres se habían separado, tenían régimen de visitas y no me devolvió.
Esto podría explicar los problemas que has tenido después.
-Debía tener unos 5 años cuando mi madre me contó que esos días que estuve con mi padre él me había tocado. Me vinieron todas las imágenes, las recuerdo. Nunca se volvió a tocar ese tema. Mis hijos no lo saben. Con 15 años, tuve que ir a un psicólogo. No soportaba que nadie me tocara. Perdí la virginidad con 18 años. Cuando iba a tener cierto contacto con hombres, me venían flashes. También veía cómo mi padre pegaba a mi madre, cómo llegaba borracho a casa, sangrando por haber tenido un accidente con el coche, y tiraba la tele por la ventana. Mi madre lo ha pasado muy mal, pero encontró al hombre de su vida que es al que llamo padre, lo adoro.
¿Tenías relación con tu tío y su familia?
-Siempre veraneábamos y pasábamos la Navidades juntos. Los hijos de mi tío José María son los padrinos de mis tres hijos, pero nunca han ejercido. Yo era la mayor de mis primos, su favorita, y a Anita [Aznar] le arrancaba los dientes cuando se le movían.
¿Cuándo te echaron de la familia Aznar?
-Cuando hice la portada de Interviú en 2013. Necesitaba dinero para que mi hija fuera a estudiar a Japón, dibuja manga. Nunca he pedido nada a mi tío y menos dinero. Parte de mi familia iba por sus barrios comprando todas las revistas que había para retirarlas [risas].
¿Qué hizo tu tío José María?
-Yo había cerrado programas de televisión, y me llamó otro tío mío en nombre de José María –él nunca más me ha vuelto a llamar– para decirme que me daban 20.000 euros si no salía en la tele. Les dije que no quería su dinero.
¿Te dolió la actitud de tu tío?
-¡Claro! Me dolió, quería a mi tío. No lo entendí, nunca dije nada malo de él.
Tu madre ha perdido la relación con tu tío José María por aquello.
-Nunca voy a perdonar a mi tío el daño que ha hecho a mi madre y a mis hijos. Han pagado por lo que yo he hecho, nos han dado a todos de lado. No se lo merecen, son bellísimas personas.
¿Cómo ves la actitud de tus tíos José María y Ana Botella?
-De fachada, falserío. Pienso: “¡Qué pena das como persona!”. Ya no son mi familia, los he borrado.
¿Intentó tu tío José María separarte de su madre, tu abuela?
-Cuando mi abuela empeoró, me fui a vivir a su casa para ocuparme de ella porque me crió y la adoro. A las dos semanas, se recibió una llamada en casa de mi abuela. Mi tío había dado orden de que yo saliera de allí ya. Mi abuela dijo que no me echaba nadie. Entonces, mi tío compró esa casa, y me tuve que ir. Un día llamó y le dije de todo menos guapo.
¿Qué le pides al futuro?
-No pienso en el futuro, creo en el día a día. Pido paz interior, no tener rencor, salud y amor. Estoy montando una empresa y empezando una relación con un chico que me trata como a una princesa.
No pides dinero al futuro, y tu situación económica es crítica.
-No soy materialista