No corren buenos tiempos para los mánagers. Estos, que siempre habían estado en la sombra, empiezan a ocupar titulares con sus nombres. A Rosa Lagarrigue, representante de lo más granado de la música en castellano, le está ocurriendo. Este figurar ‘en los papeles’ se debe a la ruptura laboral que ha vivido con su estrella más rutilante, Alejandro Sanz, con el que ha trabajado durante 25 años, desde que sacó su primer disco en el año 91.
Se ha acabado su amor laboral como acaban muchas relaciones, por desconfianza. Según publica El Mundo, Sanz no se fiaba de los números que figuraban en sus cuentas y pidió que se le realizara una auditoría. Y así, lo mismo que empezaron las sospechas entre otro popular dúo de representante y representada, acabó su vinculación laboral.
Rosa, creadora de la agencia RLM, que lleva voces tan importantes de este país como Malú, David Demaría, Abraham Mateo o Raphael, ha sido una de las personas que más han hecho por la carrera de Alejandro Sánchez (su verdadero nombre). Consiguió que su deje aflamencado se hiciera internacional y que sus letras fueran coreadas tanto a este lado del Atlántico, como al otro. Lagarrigue descubrió a Mecano, convirtió a Miguel Bosé en el Bowie español, y con él también acabó su relación de la peor manera, pese a que fueron amigos y compañeros de colegio.
A partir de ahora, Alejandro Sanz tendrá un nuevo mánager, alguien de su total confianza, de su círculo y con quien ya ha trabajado en anteriores ocasiones. Eso sí, se rompe la teoría que vinculaba a su pareja, Raquel Pereira, como la persona encargada de llevar los asuntos de ‘management’ de su chico.
La salida de Alejandro entre los representados de RLM podría supone una verdadera estampida de los demás artistas, pero hasta ahora pocos han tenido quejas con el modo de trabajar de Rosa, para quien siempre han tenido palabras de agradecimiento. ¿Cambiarán ahora sus pareceres?