Lara Ferreiro, psicóloga, advierte sobre 'Supervivientes 2025': "Hay gente que tiene ataques de pánico y eso lo estamos viendo ya"

La psicóloga y escritora Lara Ferreiro desgrana las consecuencias que pueden sufrir los concursantes de 'Supervivientes 2025' después de dos meses en Honduras

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Lara Ferreiro
Lara Ferreiro

Psicóloga especialista en adicción emocional y parejas

Supervivientes
Mediaset

'Supervivientes 2025' comenzó hace algo más de dos meses. Los primeros saltos desde el helicóperto se televisaron en marzo. Desde entonces, han pasado frío, calor, hambre, han vivido tormentas tropicales, han afrontado todo tipo de pruebas... hay quien ya se ha acostumbrado a dormir en el suelo y también quien ya no echa de menos su teléfono móvil. Han dejado de preguntarse qué estará pasando en sus respectivas ciudades para centrarse en lo que está ocurriendo en las playas de Honduras. Por algo se dice que es el reality show más extremo de la parrilla televisiva (siempre con permiso de 'El Conquistador'). 

Conscientes del tiempo que llevan ya los supervivientes en los Cayos Cochinos, hablamos con la psicóloga Lara Ferreiro para analizar las consecuencias que les puede acarrear una experiencia como esta.  

Son muchos los supervivientes que han hablado de las secuelas que acarreaban después de su paso por Honduras. Lo cierto es que, según datos aportados por Lara Ferreiro, un 10% de los supervivientes tiene estrés postraumático y un 30% pueden tener durante un tiempo malestar psicológicos. "Lo normal es que cuando vuelven, se recuperen", apunta la también autora del libro '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta'. 

Las secuelas que ya están sufriendo

Es obvio que los supervivientes acumulan problemas de sueño y están experimentando una reorganización de sus prioridades. Lo habitual también es que los supervivientes estén atravesando actualmente una etapa de ansiedad generalizada. "Estar constantemente en alerta, desarrollar fobias nuevas que pueden ser miedo al aguas, tormentas, estar solos… Hay gente que tiene ataques de pánico y eso lo estamos viendo ya, aunque también lo pueden sufrir después, cuando salgan", comenta. 

También es normal que atraviesen estados emocionales "muy dramáticos". "Como pérdida de la motivación, tristeza, depresión… ", ejemplifica. Esto respondería a los cambios de humor que vemos en muchos de los concursantes. "Algunos, incluso, están muy irritables. Eso se puede ver en algunos que explotan de una forma excesiva, pero es que, claro, el dormir mal, comer mal… Todas las necesidades básicas de la pirámide de Maslow están muy dañadas", añade. 

Supervivientes
Telecinco

En este tiempo que llevan en Honduras, no solo están lejos de casa, también están incomunicados del resto. Mantienen el contacto con el mundo que conocen a través de las conexiones que realizan desde la Palapa. "Puede haber una desconexión de la realidad moderna. Pueden desarrollar JOMO. Si el FOMO es el miedo a perderte algo, el JOMO es lo contrario, que es la alegría por no estar conectados", explica la psicóloga. 

Por si esto fuese poco, también están experimentando una pérdida de la percepción del tiempo. "Tienen una alteración a la hora de saber qué día es, qué hora será... Muchas veces esto agrega dificultad a la hora de tomar decisiones muy simples. Después de dos meses, también afecta a las relaciones sociales con el resto de los compañeros. La desconfianza se agudiza, sobre todo si ha habido conflictos", asegura Lara Ferreiro. "Hay quien prefiere el aislamiento voluntario porque están en estos dos meses ya agotados. Cuando llevas dos meses o te vuelves un lobo solitario y pasas de la gente o todo lo contrario, o necesitas al grupo".

Las consecuencias tras su paso por Honduras

El problema más comentado por exconcursantes es el referente a la comida. Mientras están en Honduras, se enfrentan a una escasez de recursos. Tienen una aportación mínima de comida. Si quieren algo más, tienen que superar con éxito las pruebas que le plantean desde el concurso. "La comida se vuelve un premio. Esto puede generar algún problema después", apunta. "La relación con la comida sí que es muy compleja. Puede que no les siente bien durante unos meses, que digieran mal… Eso y que tengan atracones y también sentimiento de culpa", añade. 

No es ninguna locura que los supervivientes sigan guardándose comida en los bolsillos incluso semanas después de que haya acabado el concurso. Esto forma parte del efecto rebote. "El efecto rebote está tanto del peso como psicológico", comenta. "En la parte psicológica tiene que ver con ese miedo que adquiere el cuerpo de no tener comida porque eso nos puede provocar la muerte. Ese miedo activa el sistema del cortisol y el estrés por miedo, el modo supervivencia", añade. Sin embargo, también puede afectar a personas que padezcan ansiedad o depresión agudizándolo. 

Hay que dearrolla fonofobia, fobia a los rudios, o quien padece el síndrome de la cabaña. "Esto es el no querer volver a la civilización. Algunos tienen miedo a coger el transporte público, la gente va muy rápido…", explica. También hay quien sufre un síndrome de Estocolmo: "Los supervivientes también tienden a romantizar la experiencia una vez están en España. Borras todo lo vivido que ha sido malo".

'Supervivientes', una experiencia catártica

Lara Ferreiro lo tiene claro, 'Supervivientes' es una experiencia tan extrema que "saca lo mejor y lo peor de ti". "Las consecuencias que están sufriendo ahora pueden ser posibles cambios potenciales. Tienen mayor resistencia emocional, mayor capacidad para adaptarse al estrés, están también conectando con su sentido del propósito, valorando más a la gente que quieren, están formando vínculos humanos más reales con experiencias más reales aunque haya conflictos… Creo que es una trasformación personal. Hay un antes y un después porque son experiencias tan reales", concluye.