El lamento de Nieves Bolós al verse en el espejo tras ser expulsada de ‘Supervivientes 2025’

Los concursantes de ‘Supervivientes 2025’ están pasando todo tipo de penurias. Ya han superado los dos meses de estancia en los Cayos Cochinos y evidentemente el hambre les ha acabado pasando factura a todos. Nieves Bolós tuvo que abandonar el reality el jueves pasado al ser la expulsado por decisión de la audiencia. Antes de poner rumbo a nuestro país ha podido disfrutar de los tres momentos mágicos del programa, realizando un lamento al verse delante de un espejo.

Nieves ha tenido dos oportunidades en el concurso. En las primeras semanas fue la elegida por los telespectadores para abandonar el programa. Sin embargo, lo que ella y sus compañeros desconocían es que había una segunda oportunidad. Por ello, llegó a Playa Misterio donde consiguió aguantar varias semanas y demostrar sus dotes para la supervivencia. Tras la reunificación nuevamente se abría esta oportunidad pero finalmente el público decidió enviarla a casa hace unos días.

Su lamento al verse en el espejo

Cuando un participante abandona el reality disponen de algunos momentos muy especiales para ellos antes de coger ese avión que los trae de vuelta a España. El primero de ellos es el de poder verse delante de un espejo tras más de dos meses sin poder hacerlo. La concursante se ha colocado delante del famoso espejo cubierto con una tela, el cual ha ido descubriéndose poco a poco desde abajo hacia arriba.

Lo primero que destacaba era el moreno de piel que evidentemente había cogido tras semanas expuesta al sol. “Qué fuerte, madre mía, estoy morenísima”, comenzaba diciendo totalmente sorprendida. “Me veo guapa de cara, muy diferente, pero me gusta lo que veo, madre mía, el brazo es la mitad que el de antes”, expresaba mientras se analizaba al detalle, ya que su profesión como coach nutricional provoca que pase largas horas en el gimnasio.

“Me he quedado sin culo, qué lástima, tanto trabajo en el gimnasio y me he quedado esquelética. Me he quedado planísima. La barriguita. Divina yo. El culo en su sitio porque me he quedado sin culo. No tengo piernas. Tetas tengo algo. Ahora me toca comer y entrenar”, declaraba como un lamento por haber perdido toda la masa muscular que deberá recuperar paulatinamente cuando regrese a nuestro país.

No obstante, ha acabado con una profunda reflexión. “Veo a una Nieves luchadora, guerrera, que lo ha dado todo y estoy superorgullosa de todo lo que he conseguido. Me siento una guerrera por dentro y por fuera, podría haber aguantado mucho más, y este cuerpo demuestra toda la caña que hay en playa”, explicaba. Si no quieres perderte nada de lo que ocurra en ‘Supervivientes 2025’ apúntate a nuestra newsletter de los viernes. Solo tienes que apuntarte aquí. Además, también te podrás poner al día de todos los famosos a través de nuestro canal de Whatsapp. Puedes suscribirte aquí.

Los otros placeres

Pero también hay otros momentos que son muy disfrutados por los concursantes. El siguiente es el de la ducha de agua dulce. Tras semanas bañándose en el mar las ganas por poder quitarse toda la sal de su cuerpo es máxima. Por ello, la organización le da la oportunidad de disfrutar de este momento. “Qué gusto, qué bien el champú, de verdad, por favor, qué gusto esto”, decía mientras notaba caer el agua por su cuerpo.

Por último, el hambre es una de las peores cosas para los supervivientes. La dieta que tienen es bastante escasa, aprovechando las recompensas para poder comer algo diferente. Por ello, ha podido tener un banquete delante de ella, tanto que no sabía ni por dónde empezar. “Todo huele ahora más que antes, es que soñaba con esto desde la primera semana de concurso, y por fin tengo una mesa para mí sola”, apostillaba antes de empezar a comer.

Tras disfrutar de este momento memorable también ha podido dejar claro con qué compañeros compartiría esta suculenta comida pero también con los que bajo ningún concepto compartiría mesa. En el primer grupo se encuentra Joshua Velázquez, la persona con la que se enfrentó al duelo final por la expulsión y su gran cómplice en Honduras. En el otro lado estaban Manuel González o Damián Quintero, las personas con las que no compartiría nada de lo que había en la mesa.