'First Dates' no cierra por Semana Santa. Aunque muchos espacios han apostado por reponer antiguas entregas, el dating show sigue acogiendo a todos aquellos que estén en búsqueda activa del amor, incluso para los que tienen un parecido razonable con famosos de la talla de Sergio Ramos. Iván entró al restaurante capitaneado por Carlos Sobera luciendo pelazo y presumiendo de que por la calle le confunden con el exjugador del Real Madrid. Obviamente, esto provocó más de una reacción inesperada entre los presentes, empezando por la del presentador vasco, que sufrió un ataque de risa de esos que hacen historia.

Artículo recomendado

‘Zelenski. Servidor del pueblo’: todo lo que sabemos de la serie del presidente de Ucrania (que llega este jueves a Telecinco)

Servidor del pueblo

Tras sentarse en la barra de 'First Dates', Sobera le preguntó a Iván por su pelo. El comensal ya había claro instantes antes, a las cámaras del programa, que estaba muy orgullo del mismo: "Tengo un pelo muy bonito y algunos incluso hasta me lo tocan". Aseguró que siempre lo había llevado largo porque era así como le gustaba; incluso confesó que prefería no recurrir a productos especiales para mantenerlo: "Lavárselo, no hago nada en especial".

Aprovechando que estaban hablando de su pelo, Iván reconoció que le habían confundido en varias ocasiones con Sergio Ramos. El culpable: sí, su pelo. "Me lo dicen millones de veces: ¡¡Mira! Sergio Ramos', y me tocan el pelo". El lugar donde más le ha ocurrido esto es en discotecas (puede que por la falta de iluminación que suele haber en ellas). "Yo he ido por las discotecas y las chicas me han tocado el pelo", añadió.

Tras escuchar estas palabras, el presentador quiso saber más sobre su vida amorosa. Iván aseguró que le había ido muy bien. Había tenido relaciones estables y duraderas, pero tuvo que darles "pasaporte": "He sido de relaciones largas, he tenido relaciones de nueve años y de cuatro, entre otras. Con la que estuve 9 años, como yo trabajo en seguridad y tengo turnos de mañana tarde o noche, pues por las noches se iba de fiesta a escondidas, así que pasaporte". A otra que no paraba de repetirle que era muy joven para ella, “pasaporte”; la última que le quería solo como amigo, “pasaporte”.

Esta expresión le hizo mucha gracia a Carlos Sobera, tanto que no pudo parar de reír. El presentador sufrió un ataque de risa por el que terminó llorando. "Un vaso de agua, por favor": Matías intentó con esta petición calmar un poco al vasco, quien bromeó con que si la joven que iba a entrar no quería una relación seria, él mismo le daría “pasaporte”.