Hay enfermedades que en ocasiones pasan desapercibidas porque sus síntomas se desconocen o se normalizan. Seguro que más de una vez has escuchado hablar o has padecido tú misma síntomas como el dolor de piernas, la hinchazón, la pesadez, el cansancio, los calambres nocturnos, la quemazón o el picor. Pues bien, no hay que dejarlos pasar porque podrían venir a consecuencia de la Enfermedad Venosa Crónica.
A continuación te vamos a contar un poco más sobre esta enfermedad, sus síntomas y su prevención y tratamiento para que sepas identificarla y tratarla de forma correcta y más ahora que llega el verano. Porque es una enfermedad que hay que tratar durante todo el año, pero en verano suelen aumentar sus síntomas debido a las altas temperaturas. Así que este es un momento ideal para que empieces a combatirla.
Qué es la Enfermedad Venosa Crónica
Junto con las alteraciones dentales y visuales, es una de las enfermedades más frecuentes de la población. Tal y como informa el Doctor Rodrigo Rial, Presidente del Capítulo Español de Flebología y Linfología de la SEACV, esta enfermedad “se caracteriza porque la sangre que llega a las extremidades inferiores no retorna de forma correcta al corazón, y se va acumulando en las piernas produciendo los síntomas característicos”. Además, “es una enfermedad que es para siempre y es evolutiva, y produce una percepción de calidad de vida muy baja, a niveles similares a la diabetes o insuficiencias cardiacas por el sufrimiento que causa”.
En cuanto a las causas de esta dolencia, son varias. Por un lado, la herencia es determinante. Pero también el sedentarismo o estar mucho rato de pie puede provocar que aparezcan diferentes síntomas y varices reflejo de la EVC. Como causa también destacan las alteraciones hormonales, que además se incrementan con el consumo de anticonceptivos o en etapas como el embarazo.
Síntomas
La Enfermedad Venosa Crónica es relativamente fácil de identificar. Lo que no hay que hacer es normalizar sus síntomas. Síntomas que, por cierto, es característico que se agraven al final del día y mejoren con la elevación de las piernas.
- El más destacado es el dolor, manifestado como "piernas cansadas” o "piernas pesadas”. Tal y como advierte el Dr. Rodrigo Rial, “cuando estamos parados o sentados esa “bomba” muscular no trabaja lo que debería, y la sangre se acumula más en las venas de las piernas”.
- También hay que hablar de la sensación de hormigueo, calambres y picores, y la aparición de varices. Entre estos, el picor es un síntoma también muy común en la insuficiencia venosa, más en fases avanzadas, producido entre otras causas por sequedad de la piel.
- Además, en fases más avanzadas pueden hincharse los tobillos, porque “ese acúmulo de sangre de las piernas aumenta la presión en el interior de las venas. Una vez que esa presión supera la capacidad de las venas para contener los líquidos del interior, se produce el paso de líquido desde las venas a los tejidos de alrededor. Ese líquido en los tejidos es conocido como edema, y motivo por el cuál se hinchan los tobillos".
Prevención y recomendaciones
A continuación, te damos una serie de pautas para prevenir y paliar los síntomas de esta enfermedad tan común que van a sufrir a lo largo de su vida una cuarta parte de las mujeres y uno de cada seis hombres. De ahí que los expertos estén advirtiendo de su alta prevalencia y de cómo afecta al día a día.
Lo están haciendo a través de un llamamiento para dar a conocer esta enfermedad, para contar cómo afecta a la calidad de vida y para hacer recomendaciones con las que tratarla. Lo ideal es combinar fármacos flebotónicos o venotónicos prescritos por el médico o recomendados por el farmacéutico con otras recomendaciones que te contamos a continuación para así mejorar la calidad de vida.
Venoruton
- Visita al médico. Una de las dudas que suele surgir ante cualquier síntoma que se padece es cuándo consultar al médico. En el caso de la Enfermedad Venosa Crónica el experto recomienda que se haga “siempre que aparezcan los síntomas mencionados, pesadez, dolor y cansancio y desde luego si aparecen arañas vasculares y/o varices”.
- Haz deporte. Llevar un estilo de vida en el que esté presente el ejercicio es fundamental para prevenir y paliar la EVC. Tal y como explica el angiólogo, “la activación de la bomba muscular es necesaria en la prevención y para aliviar las molestias. En general el ejercicio moderado es beneficioso para el retorno venoso. Nadar, caminar y montar en bicicleta son los más recomendados”.
- Cuida tu alimentación. Seguir una dieta sana y equilibrada e intentar adelgazar si tienes sobrepeso es fundamental para prevenir o tratar esta enfermedad. Comer verduras y alimentos ricos en fibra y beber dos litros de agua al día es recomendable.
- Presta atención a tu postura. Intentar evitar estar mucho tiempo de pie o sentado sin moverse es fundamental para tratar esta dolencia.
- Lleva medias elásticas. Utiliza medias y a la hora de hacerte con unas, opta por las que sean de tu talla y que tengan una correcta compresión. De esta forma garantizas la confortabilidad y eficacia en la eliminación de síntomas y previenes la aparición de nuevos.
- Toma medicamentos flebotónicos. Son fármacos que combaten los síntomas de las varices que tal y como hemos dicho tienen que estar recetados o recomendados por médicos o farmacéuticos. Los flebotónicos que han demostrado una buena eficacia son las oxerutinas, de origen vegetal y con una cómoda posología de una dosis única diaria.
- Consulta por la cirugía y escleropatía. Hay técnicas poco invasoras para tratar la Enfermedad Venosa Crónica. Eso sí, no todos los pacientes son aptos para ellas y son los especialistas en angiología y cirugía vascular quienes deben analizar cada caso y tomar la decisión.
Con todo esto, ya tienes información para identificar la Enfermedad Venosa Crónica para así prevenirla o empezar a combatirla en caso de padecerla. De esta forma vas a mejorar tu calidad de vida y te vas a sentir mejor tanto por fuera como por dentro.
En el mercado podemos encontrar Venoruton® con oxerutinas, que alivia los síntomas de la insuficiencia venosa leve, refuerza y protege las paredes de las venas, reduce la hinchazón y el dolor de piernas y facilita la microcirculación y oxigenación a nivel local.