Hace unos días que mi hija comunicó públicamente la ruptura de su relación con Carlos Agüera. Me consta, porque lo he vivido en primera persona, que esa decisión no ha sido fácil para ninguno de los dos. Muchas veces, el amor no es suficiente y me explico: quizás, esta es la relación que ha tenido Alejandra que más he vivido en primera persona. A él lo conocí en Málaga en el verano de hace dos años. Su llegada a Madrid no era de alguien extraño. Me consta que han sido muy felices y que todavía se quieren muchísimo, pero, como os decía antes, el amor no siempre es suficiente. Puede que alguien me entienda, pero por si no es así lo voy a explicar. En una relación de pareja, al final, tienen que confluir muchas cosas. Para Carlos no fue sencillo despegarse de su familia, de sus amigos y de su vida diaria en Málaga. Hay personas que están más apegadas a su gente que otras y Carlos es uno de ellos, como también lo es Alejandra. Ser una persona familiar ha sido uno de los puntos en común que tenían ellos. En la medida de lo posible, he intentado darle todo ese afecto que a él le faltaba de sus padres en el día a día. Carlos ha sido el novio de Alejandra que más me ha expresado sus sentimientos y ha sido la pareja de mi hija a la que más le he manifestado los míos. Me atrevería a decir que él ha sido el novio de Alejandra al que más he querido.

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Su distanciamiento

Como bien decía, el amor no es suficiente. Las vidas de ambos son muy diferentes. Alejandra, al decidir independizarse con 18 años, se ha buscado la vida económicamente como buenamente ha podido. Ella trabaja en una discoteca por la noche, colabora en el programa ‘Fiesta’ los fines de semana y escribe en el periódico ABC. El trabajo de la noche es uno de los más complicados y más conflictivos en una pareja. Primero, porque el que trabaja hasta altas horas de la noche luego tiene que descansar durante el día. No estoy descubriendo nada nuevo. Si tú madrugas y trabajas durante todo el día, por la noche tienes que descansar, porque estás reventado. Probablemente, esa ha sido la principal causa de su distanciamiento. Me ha resultado muy curioso, porque, cuando yo he terminado mis relaciones, a pesar de sufrir por unas más que por otras, sin lugar a dudas me he mantenido como más fría o más distante con mis exparejas. Lo que he vivido de mi hija y de Carlos me ha sorprendido, sobrecogido y emocionado. Desde que toman la decisión de separarse y Carlos de poner fin a su trabajo en Madrid, han venido todos los días a mi casa durante una semana. Verlos así era el peor duelo que he vivido en una pareja. Siempre juntos, abrazados, llorando, besándose. ¡Ostras! Es mucho más difícil tomar una decisión así cuando tus sentimientos siguen a flor de piel.

alejandra y carlos

"Lo que he vivido de mi hija y de Carlos me ha sorprendido, sobrecogido y emocionado"

@alerubio

Una decisión dolorosa

Reconozco que para mí ha sido muy doloroso verlos así y saber que, al menos en este momento, era una decisión necesaria para ambos. Eso no quita que, por muy necesaria que crean que fuera, no sea muy dolorosa. Al final, estamos hablando de dos chavales que van a cumplir 23 y 24 años dentro de unas semanas. Desde mi perspectiva de mis 57 años, esto no es tan grave. Si me traslado a cuando yo tenía su edad y he tenido una ruptura con algún novio, he sentido que mi mundo se venía abajo.

No se puede pretender que alguien tan joven tenga un conocimiento de la vida. Necesitan tener experiencias para tener ese conocimiento. Superar una ruptura es algo que el vivir y los años te enseña.

Fuerte, pero no tanto

Exactamente, no sé cómo está Alejandra. Mi hija es una mujer muy fuerte a la hora de afrontar los problemas, pero también muy débil cuando se habla de amor. Solo espero que, aunque sea en la distancia, ellos estén bien. Necesitarán su tiempo para poder ser amigos o, incluso, buenos amigos. Nunca sabe uno si la vida te va a reunir o a encontrar en otras circunstancias muy diferentes. Quizás no y no pase nada, porque será que han tomado la decisión adecuada. Quiero agradecer a la familia de Carlos el cariño que tienen por mi hija. Sé que ellos saben lo mucho que quiero a Carlos y deseo que estén tranquilos. Cuando uno está sereno es capaz de tomar buenas decisiones. Os quiero mucho a los dos. A ti, Alejandra, porque eres mi hija y lo más importante de mi vida, y a ti, Carlos, por tanto afecto que me has dado y por haber querido, seguir queriendo y haber hecho feliz a Alejandra.