Paloma Gómez Borrero. Más que Paloma, eras ángel. Estabas deseando que te pidiéramos un favor para desvivirte por conseguirlo. Humilde, cariñosa, siempre sonriente, te recuerdo en ‘La noria’ trabajando codo con codo con reporteros jóvenes y atrevidos y tú ser la más joven, osada y moderna de todos.
No te hemos dicho todo esto hasta ahora, que nos has hecho la putada de morirte. ¡Te has ido al otro barrio sin saber cuánto te admirábamos, de qué manera te queríamos, cómo nos hubiera gustado tener tu vitalidad y tu simpatía, y qué va a ser de El Vaticano ahora que tú ya no estás! ¡Tengo una idea! Voy a hacer una lista de mis amigos y pensaré facetas buenas de ellos como si se hubieran muerto… Pero, no, ¡qué ocurrencia más espantosa! Al contrario, vamos a celebrar la vida, querida Paloma, y solo te pido que, sin prisas, vayas guardándonos sitio.