Atención! ¡Operación campechanía a la vista! Los reyes Letizia y Felipe han decidido bajarse de ese pedestal lejano en el que estaban colocados para marcar distancia con el rey anterior, esa actitud encorsetada que los alejaba hasta de las personas que compartían con ellos los eventos, esa expresión solemne que algunos tomaban por altanería y que a lo mejor tan solo era inseguridad, para entrar de coz y de hoz en el terreno de lo que algunos llaman comportamiento natural y sencillo. Pero, ojo, que, como cuentan los actores, no hay nada más difícil que eso. Mi inolvidable Arturo Fernández me confesaba lo complicado que era algo tan simple como encender un cigarrillo delante de una cámara y mi amigo Pedro Mari Sánchez añade “¿y cruzar un escenario caminando como si nadie te mirara?”.

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Familia Real española

Pequeño gran paso

Así pues, está bien que los reyes se suelten, pero que aprendan a hacerlo. El primer paso, un pequeño paso para Letizia y Felipe, pero un gran paso para la monarquía, fue en Cádiz, donde acudieron para inaugurar el Congreso de la Lengua Española. Cuando iban a entrar en el Teatro Falla vieron que, en la plaza, un grupo estaba haciendo música con el llamado cajón flamenco y se sumaron de forma espontánea. Felipe se sentó con naturalidad y se puso a tocar como si no hubiera un mañana, demostrando pulso y buen ritmo.

La reina Letizia y el rey Felipe VI

La reina Letizia y el rey Felipe VI se unieron de forma espontánea a un grupo que tocaba cajón flamenco

El pasado fiestero del rey

Que Felipe tiene un pasado es algo que ya sabemos. En España ha estado siempre rodeado por un cordón sanitario formado por sus escoltas, su familia y sus amigos pijos y nada ha trascendido aparte de algunas fiestas con modelos en la época de Eva Sannum en casa de un amigo en el pantano de San Juan. Pero en los dos años que estuvo en Georgetown, mientras estudiaba y compartía apartamento con su primo Pablo de Grecia, sabemos que las farras eran constantes ¡nada nuevo bajo el sol! ¡Que le pregunten a su padre todas las juergas y líos amorosos que tuvo durante su paso por las academias militares! Ambos primos se aparejaron con Marie Chantal Miller y su amiga Gigi Howard, pero mientras Marie Chantal hoy es la feliz esposa de Pablo, Gigi todavía corre despavorida después de haber tenido que testificar en un juicio en Nueva York contra un paparazzi. De ahí que no nos sorprenda demasiado que Felipe tenga estas habilidades ocultas, detrás de su destreza se adivinan muchas noches sentado en el suelo tocando los bongos mientras la chica más guapa de la fiesta le ponía ojitos.

Una reina descolocada

Pero ¿Letizia? ¿Cómo es posible que una mujer que ha ejercido una profesión tan liberal como el periodismo, que ha viajado, que es guapa y desenvuelta, mantenga esa actitud pacata entre monjita y princesita de cuento? Claro que el vestido no ayudaba, con flecos largos y una falda tan apretada que casi no la dejaba caminar, claro que no esperábamos que se marcara una rumba al ritmo de sus caderas, como la preciosa canción de María Dolores Pradera, claro que, a la gente del norte, como a los catalanes, nos cuesta transmitir desenfado y alegría con el lenguaje corporal, pero un poco de movimiento, en los hombros, por ejemplo, no hubiera estado de más. Se la veía descolocada, violenta, avergonzada. Fue evidente para todos que, en este primer round de su nueva vida, Felipe, sí, Letizia, no.

La reina Letizia

La reina Letizia en la inauguración del Congreso de la Lengua Española en Cádiz.

Toca reinventarse

Después de ese día me imagino a Letizia observando con lupa el vídeo de marras y tirándose de los pelos, porque más autocritica que ella no hay nadie. ¿Y cómo contraatacar a las críticas que recibió? ¿En qué es maestra? Y quizás recordó cuando era niña e iba a la radio para escuchar la dicción impecable de su abuela. Y cuando su padre le enseñó que la claridad era la mejor arma del periodista. Y también cómo deslumbró, con su forma de hablar, a sus primeros examinadores. Su director en México me hablaba no solo de lo trabajadora que era, sino de cómo era capaz de defender sus ideas hasta el fin en las asambleas del periódico. Todos estos talentos fueron precisamente los que intentó ocultar el personal de Zarzuela que la adiestró para su papel de princesa primero, reina después. Sobre todo, después de “haber metido la pata” hablando por encima de su prometido en la petición de mano. “Más diplomacia, señora, no opinar, no alzar la voz, sonreír mucho…”.

La reina Letizia de pequeña

La reina Letizia en una de sus visitas a la radio cuando era pequeña

Durante casi veinte años hemos visto una Letizia de perfil bajo, tan silenciosa que parece indiferente, tan contenida que parece antipática. Así hasta el pasado sábado en ‘Informe Semanal’. No fue perfecto, la experta en estética política Patrycia Centeno dijo que “sigue locutando como si presentara el informativo, hasta Siri transmite más”. Pero pudimos darnos cuenta de que tenemos una reina que sirve para algo más que para llevar ramos de flores, cortar cintas inaugurales y veranear en Marivent. Con la mayoría de edad, Leonor (17 años) no solo pasa a ser tutelada por el gobierno, sino que deja a Letizia sin la única función que le adjudica la Constitución: ser regente en caso de que Felipe muera. Y como la hija menor se va interna a Gales, queda culminada con éxito su principal responsabilidad. Ahora empieza una nueva etapa para Letizia, con nuevos retos que quizás nos sorprendan. Lo del cajón flamenco y lo del mensaje televisivo solo es el principio.