Ha tenido un papel glorioso en la historia de este país que todo el mundo le ha reconocido, quizás hasta más de lo que merecía. Aunque no trascendiera, usted peleó como un jabato contra “los viejos”, como los llamaba en la intimidad, Franco y su padre…

Sí, pero...

¿Por qué se queja cuando su hijo hace lo mismo? ¿Por qué utiliza a sus mariachis para criticarlo porque no lo ha invitado al aniversario de las primeras elecciones democráticas? Recuerdo a don Juan paseando su tristeza por todos los puertos de España explicándonos a los periodistas, “molesto, no saben dónde ponerme”... ¡Si hasta le prohibió ir a la fiesta del 24 de junio para que no le hiciera sombra! Recuerde todo eso, Juan Carlos, sea digno y generoso y no le ponga palos en las ruedas a su hijo, que al final se va a quedar sin hijo, sin palos y sin ruedas.