Pilar Eyre

Pilar Eyre

isabel pantoja y doña ana

Isabel Pantoja, a punto de ir a vivir a Cantora, decía con enfado: "No voy a echar a mi familia"

La familia de Isabel vivía en el piso sevillano. “Es que lo he comprado para ellos”, se defendía la cantante. Yo le preguntaba si de casada seguirían todos juntos y respondía con cierto enfado: “No los voy a echar, como comprenderás… Paco está de acuerdo en que cuando vengamos a Sevilla vivamos aquí, así nos ahorramos comprarnos otra casa… Claro, que cambiaré la decoración de mi cuarto. Le quitaré los detalles malva y rosa para que se note que ya es de matrimonio y no de chica soltera”, reía ruborizada. “Pero viviremos casi siempre en la finca, porque estaré retirada y a mí el campo me entusiasma”, soñadora, juntaba las manos.

“¡Y cuando vengan los hijos! ¡Todos los que el Señor quiera mandarnos! Solo pido que el primero sea niño y lo llamaremos Francisco, como el padre”. Yo argüía que el hijo de Carmen ya se llamaba así y se revolvía: “Es que al mío lo llamaré Francisco José”. “¿Cómo el emperador de Austria?”, le decía yo. “Eso, y a la niña Ana Isabel, como homenaje a mi madre, que es lo que más quiero en el mundo”, respondía. Doña Ana confesaba entre sollozos: “Ya me estoy sacando el carné de conducir para visitarlos en la finca”, y después se daba un golpe en el pecho mirando el cielo: “Pero eso de retirarse no acaba de gustarme, ¡qué pedazo de artista se perdería el mundo!”.

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