Andrii Portnov, un adinerado abogado ucranio de 52 años, exasesor del expresidente Víctor Yanukóvich, ferviente prorruso e investigado en su país por corrupción y traición, fue tiroteado y rematado con un tiro en la nuca a las puertas del colegio de Pozuelo de Alarcón en el que acababa de dejar a dos de sus hijas y donde acuden muchos hijos de famosos. No ha sido un asesinato entre bandas rivales. Ni otro ajuste de cuentas del crimen organizado. Se trata del tercer asesinato de personas relevantes en España desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022.
A plena luz del día
La víctima recibió nueve impactos de bala a las puertas del exclusivo colegio americano de la localidad madrileña. Los disparos se realizaron por un único tirador, a poca distancia, por la espalda y con munición de 9 milímetros Parabellum, tal como revelaron los casquillos recogidos en el lugar del crimen por la policía científica. Los testigos, madres y padres que como el abogado acababan de dejar a sus hijos e hijas en el exclusivo centro escolar, escucharon la ráfaga de disparos. Alterados y todavía con miedo, algunos declararon a los investigadores que vieron llegar a varios hombres y que el tirador iba a cara descubierta.
El asesino, coincidieron varios testigos, remató a su víctima cuando yacía en el suelo, colocando el cañón del arma rozando directamente la sien del hombre que ya hacía en el suelo. Fue el tiro de gracia para asegurar que la víctima no tenía ninguna opción de sobrevivir. La secuencia apenas duró nueve segundos y los responsables, el sicario y dos cómplices que le daban cobertura, se perdieron por la arboleda de la Casa de Campo desde donde escaparon en un coche de apoyo. Un crimen a plena luz del día, con infinidad de testigos, y en la que con certeza los sicarios entendieron que era el momento en el que la víctima se mostraba más vulnerable. La investigación la ha asumido el grupo de homicidios de la Policía Nacional de Madrid.
Tenía muchos enemigos
El hombre asesinado era especialmente conocido sobre todo por su faceta de haber sido uno de los principales asesores del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich. A sus órdenes ocupó el cargo de número dos de la Administración Presidencial entre 2010 y 2014, siendo responsable de asuntos relacionados con el sistema judicial. Nacido el 27 de octubre de 1973 en Lugansk, Portnov comenzó profesionalmente como abogado y en 2004 llegó a recibir el título honorífico de Abogado de Honor de Ucrania. Pero su exitosa carrera no tardó en verse salpicada por la polémica.
Fue señalado y acusado de corrupción, malversación de fondos estatales y violaciones a los derechos humanos en su país, motivos que le llevaron a formar parte de la lista negra de sanciones de la Unión Europea. Los investigadores se están encargando de enumerar la larga lista de enemigos que la víctima fue sumando a la largo de su vida. Fue acusado de traición en su país y de reprimir las movilizaciones europeístas del Maidán. También fue señalado por Estados Unidos por influir en los tribunales. Se granjeó enemigos dentro y fuera de la política, donde desempeñó un perfil mediático y polémico hasta su desaparición, justo en el momento de la invasión rusa.
En paradero desconocido
El nombre de Portnov era de sobra conocido por los medios de comunicación de su país, que estos últimos días admitían que desconocían que el exdiputado se hubiera refugiado en España. Pese a no tenerle ubicado, algunos periodistas ucranianos siguieron con sus trabajos de investigación. En marzo del 2022 se publicó que Portnov tenía una maravillosa mansión valorada en 2,5 millones de euros en las afueras de Kiev, registrada a nombre de una sociedad offshore en las Islas Vírgenes. Contaba además con varios coches de lujo propiedad de su madre o de su pareja, Anastasia Valyaeva. También desvelaron que tenía propiedades en Rusia vinculadas al entorno del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov.
Un error mortal
En abril del año pasado, se publicó que Portnov había puesto a nombre de sus cuatro hijos la mansión de las afueras de Kiev. Lo hizo por medio de un poder notarial firmado en Madrid. Un error que permitió a sus enemigos ubicarlo en España. Algunos de sus rivales, ni después de muerto, desaprovecharon la ocasión para señalar al personaje. Por ejemplo, el exdiputado Ihor Lutsenko, quien publicó una foto del cadáver de Portnov en Facebook junto a un mensaje: “Utilizó hábilmente la ley (...) la convirtió en un medio para establecer la tiranía y la anarquía. Y en estos malabarismos tenía pocos iguales. (…) Su arrogancia era descomunal. Escribió amenazas en mensajes privados a los investigadores de los casos de Maidán, e incluso me amenazó en Facebook (...) al final no escapó”.
Extraña visita a Ucrania
El exasesor de la última administración presidencial prorrusa de Ucrania había estado en su país tres días antes de morir asesinado a tiros, según informaron a la publicación de Kiev Ukrainska Pravda tres fuentes distintas cercanas a la víctima y de las fuerzas de seguridad. Esos mismos interlocutores aseguraron que Portnov visitó Ucrania los días 17 y 18 de mayo, y que se reunió con altos cargos responsables de los órganos de seguridad ucranianos. Antes de que la prensa ucraniana desvelara ese dato, los investigadores ya estaban al corriente del viaje y especialmente interesados en conocer lo que realmente hizo allí.
Se sentía seguro en Madrid
Los investigadores se han centrado en los últimos días en recopilar todas las imágenes de las cámaras de seguridad que rodean la zona en la que se produjo el crimen. Entre otras cosas para reconstruir el itinerario de fuga de los autores. Ya han empezado los interrogatorios a la familia de Portnov, en Madrid. Desde su mujer, a las personas de su confianza que, en momentos muy puntuales, colaboraban con el abogado en labores de seguridad. En cualquier caso, nunca durante su estancia en España contrató los servicios de seguridad privada. Un dato que confirmaría hasta que punto la víctima se sentía segura viviendo con su familia en la capital. Con todas las hipótesis de la investigación policial abiertas, la principal es la de una actuación del crimen organizado. Pero sin olvidar que en estos tiempos también los servicios secretos de determinados estados recurren a las mafias para encargos muy determinados, precisamente para evitar que se les vincule con el crimen.
Asesinatos de alto nivel
El asesinato de Portnov recuerda a otros asesinatos similares que se han registrado en España en el marco de la guerra entre Ucrania y Rusia. Entre noviembre y diciembre de 2022, se enviaron seis cartas bomba a objetivos entre los que se encontraban el presidente del Gobierno, la Embajada de Ucrania en Madrid, oficinas gubernamentales, una compañía de satélites europea y la Embajada de EE UU. Un español jubilado de 75 años, cuyas búsquedas en redes sugerían simpatía por Rusia, fue detenido y condenado por estos hechos. En abril de 2022, el magnate ruso Serguéi Protosenya, de 55 años, fue hallado muerto junto a su esposa y su hija en Lloret de Mar donde pasaban unos días de vacaciones, ya que residía en Francia. Presuntamente se había suicidado. Y, en febrero de 2024, el cadáver del piloto ruso Maxim Kuzmínov fue hallado con seis tiros en el cuerpo en Vila Joiosa, Alicante. Supuestamente había desertado con su helicóptero de combate para entregarse al Ejército ucranio.